un cuento sobre la ( LITERATURA COLONIAL )
porfa es para mañana doy coronita
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Una mañana, tras la vorágine de un sueño intranquilo, el arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero abrió sus ojos precipitadamente y se santiguó con mano temblorosa la frente mojada. Corrían las primeras horas del 23 de marzo de 1606 y el prelado Toribio de Mogrovejo ya había muerto dos veces: en Zaña, Perú a las 3:47 am, y en el sueño oscilante del arzobispo, tendido en su catre en la recámara principal del recién fundado Seminario de la villa de Santa Fe de Bogotá.
La noticia se dispersó rápidamente. Un año más tarde, el papa Paulo V nombró a Lobo Guerrero arzobispo de Lima, en remplazo del finado Mogrovejo. A ninguno de sus allegados lo tomó por sorpresa; su traslado, en cierta forma, era del todo predecible. Antes de partir, delegó la dirección del Seminario a los padres de la Compañía de Jesús y dispuso lo necesario para su viaje. Nada queda irresuelto para un meticuloso ex funcionario de la Santa Inquisición; incluso su más celoso secreto, bastante grande para su equipaje y poco pudoroso para su cargo y nombre, quedó oculto en una pequeña alacena de La Casa de las Aulas, gracias a la complicidad del P. Juan Bautista Coluccini, acaso su más íntimo amigo.
Toda su reserva y cautela se resumían en un óleo sobre tela de un autor que quizá no llegó a conocer el propio arzobispo. Su tema no era nuevo, la Galactotrofusa se había venido representando desde los tiempos del imperio bizantino, en infinidad de estilos y por un número igualmente amplio de artistas. Pero ésta, sin duda, era diferente. No tenía la mirada indulgente de la María de van der Weyden, sus manos alargadas y curvas, su seno pequeño, pudoroso y distante. Tampoco cargaba con la parsimonia de la Madonna Litta de Leonardo, y lo aterrador de la mirada del niño que amamanta; ni con el misticismo gaseoso y la voluptuosidad adiposa de la reina celestial, en la Voie Lactée de Rubens. Por el contrario, esta Virgen de la Leche poseía en su gesto y figura el secreto de la fascinación del arzobispo, la procrastinación de todo lo interpuesto en la fruición impía de sus trazos, la humanidad escondida tras lo imperenne y sacro.
Explicación:
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dele corona a ella pliiiis
Explicación:ellase lo merece