un cuento sobre el caldo verde
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Sopa verde
Ângela Madeira & Till Charlier. OQO.
A partir de 5 años.
Era una vez un conejo
al que solo le gustaba lo verde:
lechugas verdes,
brécoles verdes,
coles verdes,
guisantes verdes,
espinacas verdes,
alcachofas verdes,
pimientos verdes…
—Solo me gusta lo verde –repetía a todas horas.
Sopa verde es la historia de un conejo que solo quiere comer alimentos verdes, y cuando sus amigos del bosque le ofrecen otros alimentos siempre los rechaza por su color. Zanahorias, tomate, pan… ¡ni siquiera chocolate! No había forma de que el protagonista cambiase sus hábitos alimenticios. Hasta que llegó el búho, que, afortunadamente, supo como resolver este entuerto. Mezcló todo en una gran olla: un poco de maíz, unas berenjenas… y lo camufló todo añadiendo verduras verdes para darle color.
De esta forma el conejo no puede evitar probar esta peculiar sopa y disfrutarla hasta la última gota, mientras sus amigos exclaman: «¡Ay, que tontorrón este conejo! ¡Decía que solo le gustaba lo verde…!
Muchos nos sentiremos identificados con el protagonista y nos reconoceremos a nosotros mismos cuando éramos tan solo unos niños. ¿Quién no ha sido de pequeño un tiquismiquis con la comida? Incluso cuando crecemos nos cuesta ser abiertos y probar alimentos nuevos.
Además, uno de los grandes retos para cualquier padre es conseguir que sus hijos coman de todo y de forma equilibrada y sana. Este libro es una gran ayuda al respecto, ya que enseña que no debemos juzgar los alimentos solo por su aspecto – algo que sucede muy a menudo. Sopa verde es un buen recurso para educar en la infancia y conseguir que los niños entiendan que debemos de construir hábitos saludables.
Para ello, la escritora Ângela Madeira nos trae un relato ameno y divertido, donde se juega no solo con los sabores y los colores, también con los números (una miguita de tarta marrón, dos trocitos rojos de tomate, tres rebanadas de pan blanco…) Además, se apoya en la repetición para que la lectura de los pequeños sea más sencilla. Un texto bien estructurado e ideado para que las cabezas más jóvenes retengan la historia – y, por ende, la moraleja.
Una historia que viene acompañada de las maravillosas y desternillantes ilustraciones de Till Charlier. El ilustrador francés plasma con su pluma personajes divertidos en escenas que van más allá del texto: el gato salpicando al resto de animales, el ratón burlándose de sus compañeros… todo ello con mucho humor.
Los personajes van apareciendo, según la estructura creada por la autora, en cada doble página, siendo el conejo el que mantiene la misma posición en cada una de ellas. De este modo consigue crear el mismo efecto de repetición tan buscado en esta clase de cuentos educativos.
Sus dibujos, hechos con pluma y acuarelas – aunque retocados más tarde con ordenador, para darles mayor intensidad – están llenos de color y de expresividad, dándole a la obra un gran atractivo visual.
Animaos a leer este libro, seguro que os encontraréis a vosotros mismos diciéndole a vuestra madre: «Eso no me gusta».