Castellano, pregunta formulada por mirarodriguezbebitaj, hace 2 meses

un cuento medio largo​


daysiperalta1998: Habia una vez una pricesa que se llama luisa es muy buena con su mamá le gusta la comida de su mamá un dia su mamá se murió y la pricesa mucho lloro pero conocio un caballero agradable y se casaron y fin.

Respuestas a la pregunta

Contestado por fernandapena858
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Respuesta:

hay ta :) de nada ¡¡¡

Explicación:

La boda de los ratones

La boda de los ratones

Hace muchos, muchos años, en las lejanas tierras japonesas, vivían dos ratoncitos que estaban totalmente enamorados el uno del otro y eran muy felices  juntos.

Les encantaba  jugar al escondite, olisquear la hierba fresca, explorar las toperas más profundas y compartir pequeños pedacitos de queso a la hora de la merienda. Se querían tanto que estaban convencidos de que pronto se casarían y crearían una hermosa familia. A ojos de todo el mundo, formaban una pareja encantadora.

Bueno, de todo el mundo no, porque por desgracia, el padre de la ratoncita no pensaba lo mismo. Adoraba a su hija y un ratón de campo no le parecía el marido adecuado para ella. Sus aspiraciones iban mucho más lejos. Un día, le dijo a su mujer:

– Nuestra hija se merece pasar el resto de su vida con alguien importante de verdad. Quiero que se case con el sol porque es el más fuerte del mundo y la protegerá de cualquier peligro ¡Ese ratonzuelo insignificante ya puede ir buscándose a otra!

¡El padre ratón quería que su pequeña contrajera matrimonio con el sol! La ratoncita, que desde su cuarto escuchó la conversación, se quedó horrorizada y salió corriendo a contárselo a su querido novio.

– ¿Qué vamos a hacer? Mi padre es ambicioso pero yo me niego a aceptar sus planes  ¡Yo quiero casarme contigo y con nadie más! No pienso consentir que nada ni nadie nos separe.

– Tranquila, mi amor, no te preocupes ¡Ya se nos ocurrirá algo!

Los dos jóvenes ratones se citaban todos los días bajo la sombra de un naranjo para intentar buscar una solución a un problema tan grande. Un día, mientras conversaban, pasó por allí una ratona muy viejecita que aunque caminaba con bastón, todavía conservaba la lucidez y la sabiduría que da la edad. La anciana percibió que los jóvenes roedores estaban muy tristes y se acercó a ellos a paso lento pero seguro.

– ¡Buenas tardes! Deberíais estar gozando de este maravilloso día de verano pero me da la sensación de que algo os apena el corazón. Si me lo permitís, quizá pueda ayudaros.

La ratoncita levantó la mirada y tímidamente le respondió.

 CONTINUARA..

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