un cuento corto sobre un niño pobre
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Cuando llegaba la hora del descanso entre clases, silencioso y con la mirada baja, Julián se retiraba de sus compañeros y entraba a la biblioteca hasta que el timbre sonara de nuevo para regresar al aula. Siempre tenía una excusa para no participar de los partidos de fútbol o de baloncesto, o para charlar con sus condiscípulos, a pesar de la insistencia de algunos de ellos, que lo estimaban y lo admiraban porque era el mejor estudiante y el más respetuoso.
No es que fuera antipático; al contrario, se reía con verdadera alegría de los chistes de sus amigos y de algunos de los profesores y felicitaba con efusión a cualquier compañerito que tuviera un logro notable. Era el más delgado de la clase, y uno de los más pequeños también. Tal vez por eso le daba miedo jugar fútbol o basquetbol, que son deportes de contacto.Parecía tan frágil!
Lo que yo más admiraba de él eran las historias que escribía para la clase de español. Mientras todos los del grupo contábamos aventuras de superhéroes y de viajes a lugares exóticos, Julián narraba con una naturalidad mágica situaciones de la vida cuotidiana, cosas sencillas pero muy bonitas.
Julián era el primero en llegar a la escuela y el último en retirarse. Estábamos convencidos de que su padre o su madre lo traían temprano para poder irse a sus trabajos y de que lo recogían un poco más tarde que a nosotros, que siempre llegábamos y nos íbamos en la van que nos transportaba.
Explicación: