Un cuento acerca de cómo las células interactúan entre sí por favor
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
ya te puse en los comentarios porque no me deja poner
Explicación:
Había una vez una célula llamada Celia.
Celia vivía en un tubo de cristal dentro de un laboratorio. Era muy feliz allí, porque podía hacer lo que más le gustaba en el mundo: nadar. El líquido en el que nadaba se llamaba medio y era perfecto para Celia porque estaba calentito y tenía un montón de nutrientes, que es lo que comen las células.
Celia era una célula pequeña y redonda. No tenía ojos, así que no podía ver, pero no le hacía falta, porque solo tenía que flotar durante todo el día. Cuando algún nutriente se cruzaba en su camino... ¡Zas! Se lo comía y continuaba nadando.
La más preciada pertenencia de Celia era su ADN, porque le servía como un manual para saber qué tenía que hacer: cómo podía encontrar comida, cómo nadar, cómo crecer y, en resumen, cómo ser una célula. El ADN es una especie de cuerda muy larga y solo Celia podía entender lo que decía. Como si fuera un libro escrito en el idioma de las células. Por eso, Celia lo guardaba en un bolsillo redondito y bien cerrado, para que no se fuera flotando en el medio. Si alguna vez le pasaba algo a su ADN, Celia se apresuraba a arreglarlo. ¡No quería que se le olvidara cómo ser una célula!
La pequeña célula se sentía muy afortunada, pues tenía, además, un amigo: su cuidador, Ramón. Ramón era un científico que estudiaba la vida de las células y ahora estaba estudiando a Celia. Todos los días cuando llegaba al laboratorio buscaba a Celia con su microscopio y se aseguraba de que estuviera contenta. Entonces, le tomaba una foto y apuntaba lo que Celia había hecho en su cuaderno.
♡CORONITA PLISS♡