Un analisis sobre daños colaterales del covid 19
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La disrupción global causada por la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019-2020 ha causado numerosos efectos en el medio ambiente y el clima. La severa disminución de viajes planeados ha hecho que muchas regiones hayan experimentado una reducción en la contaminación del aire.[2] En China, el confinamiento y otras medidas resultaron en una reducción de un 25% de las emisiones de carbono,[3] que según las estimaciones de un científico de sistemas de la Tierra podría haber salvado al menos 77,000 vidas en dos meses.[4] Aun así, la pandemia también ha interrumpido esfuerzos de diplomacia medioambiental, causando la postergación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2020,[5] y se pronostica que la recesión resultante disminuirá las inversiones en tecnologías de energía sostenible.[6]
Explicación:
La pandemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020 está causando -según analistas- la crisis mundial más grande de la historia desde la Gran Depresión (1929) y la Gran Recesión (2008). Esta crisis es ahora llamado por muchos como El Gran Confinamiento[1]. En el transcurso del año 2020, esta pandemia ha provocado, entre otras cosas, un impacto socioeconómico global, provocado por el efecto sanitario de la propia enfermedad de la COVID-19 y por los esfuerzos por controlar su expansión pandémica, que hace que se saturen rápido los sistemas sanitarios de los países si no se aplican medidas de prevención y restricción, que por ende afecta a la economía de los países y estilo de vida de sus ciudadanos.[2]
Una de las medidas de restricción más aplicadas en el mundo, es la cuarentena o el confinamiento obligatorio, que afecta a más de la mitad de la población mundial, y que ha provocado que muchas industrias, fábricas y empresas de todo tipo reduzcan su actividad habitual, trabajen en condiciones restringidas o incluso cesen temporalmente su actividad, especialmente en establecimientos no esenciales, restaurantes y bares, centros educativos, centros comerciales, cines, negocios minoristas y toda actividad que implique aglomeraciones, debido a la baja circulación de personas y a las estrictas medidas aplicadas por los gobiernos para evitar la expansión de la enfermedad y el consiguiente colapso sanitario.