tres personas que llegaron a la santidad y en que se distinguieron
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Respuesta
Santa Teresa de Jesús:
Teresa salió de Burgos a finales de julio de 1582 con su enfermera, la monja Ana de San Bartolomé, y su sobrina Teresa. El 3 de agosto escribió desde Palencia a la priora de Burgos. Luego pasó por Valladolid. Aquí tuvo que escuchar las recriminaciones de Beatriz de Castilla y Mendoza. La suegra de su sobrino, Francisco de Cepeda, exigía que este recibiera parte de la herencia que Lorenzo legó al carmelo de Ávila. Teresa no consiguió que se aviniese a razones. Llegó a Medina del Campo el 16 de septiembre. Allí Antonio de Jesús le dijo que fuese a Alba de Tormes a acompañar a la duquesa de Alba, que iba a tener un hijo. Él viajaría con ella y elegirían una nueva priora en el convento de Alba de Tormes.178 La priora del convento de Medina del Campo se tomó a mal una apreciación de Teresa y las dos se separaron molestas.179 En Aldeaseca de la Frontera se detuvo porque se encontró indispuesta. Mandaron a un arriero a por algo de comer pero no encontró nada. Teresa tuvo que contentarse con unos higos secos. Luego vino una persona a informarles de que la duquesa había dado a luz a un niño.179
Teresa salió de Burgos a finales de julio de 1582 con su enfermera, la monja Ana de San Bartolomé, y su sobrina Teresa. El 3 de agosto escribió desde Palencia a la priora de Burgos. Luego pasó por Valladolid. Aquí tuvo que escuchar las recriminaciones de Beatriz de Castilla y Mendoza. La suegra de su sobrino, Francisco de Cepeda, exigía que este recibiera parte de la herencia que Lorenzo legó al carmelo de Ávila. Teresa no consiguió que se aviniese a razones. Llegó a Medina del Campo el 16 de septiembre. Allí Antonio de Jesús le dijo que fuese a Alba de Tormes a acompañar a la duquesa de Alba, que iba a tener un hijo. Él viajaría con ella y elegirían una nueva priora en el convento de Alba de Tormes.178 La priora del convento de Medina del Campo se tomó a mal una apreciación de Teresa y las dos se separaron molestas.179 En Aldeaseca de la Frontera se detuvo porque se encontró indispuesta. Mandaron a un arriero a por algo de comer pero no encontró nada. Teresa tuvo que contentarse con unos higos secos. Luego vino una persona a informarles de que la duquesa había dado a luz a un niño.179
San Francisco de Asís:
Retornó a la Porciúncula acompañado solo por León; en su camino hubo muestras de veneración al estigmatizado, aparentemente su acompañante hacía saber a todos acerca del prodigio. Mientras tanto, su salud —que desde mucho tiempo antes nunca fue buena del todo— empeoraba: El sangrado de sus heridas lo hacía sufrir constantemente. En el verano de 1225 pasó un tiempo en San Damián bajo el cuidado de sus allegados.
Fue durante esta temporada cuando compuso el Cántico de las criaturas, que hizo también cantar a sus compañeros. Se encaminó luego a Rieti, rodeado del entusiasmo popular por tocarlo o arrancar algún pedacito del paupérrimo sayo que vestía, y se instaló en el palacio del obispo. Después se hospedó en Fonte Colombo, donde fue sometido a tratamiento médico, que incluyó cauterizar con un hierro ardiente la zona desde la oreja hasta la altura de la ceja de uno de sus ojos; según los relatos, Francisco no sintió dolor al «platicar» con el fuego para que no lo dañara. Otro intento para ser tratado por renombrados médicos fue hecho en Siena, sin buen resultado.
Deseó volver a la Porciúncula a pasar sus últimos días. Arribó a Asís y fue llevado al palacio del obispo y resguardado por hombres armados, puesto que la localidad estaba en estado de guerra. En su lecho escribió su Testamento.23 En sus últimos momentos entonó nuevamente su Cántico al Hermano Sol —al que agregó un nuevo verso dedicado a la hermana Muerte— junto a Angelo y León.
De acuerdo con su último deseo, fue encaminado a la Porciúncula, donde se estableció en una cabaña cercana a la capilla. Murió el 3 de octubre de 1226 a la edad de 44.
Santa Rosa de Lima:
Ya cerca del final de su vida, cayó gravemente enferma. Pasó los últimos tres meses de su vida en la casa de Gonzalo de la Maza, un contador notable del gobierno virreinal, y de su esposa María de Uzategui. En este lugar se levanta el Monasterio de Santa Rosa de Lima. Murió de tuberculosis a los 31 años de edad, en las primeras horas del 24 de agosto de 1617, fiesta de San Bartolomé, como ella misma profetizó y contó el padre Leonardo Hansen. El día de sus exequias y entierro, los devotos se abalanzaban sobre su cuerpo para arrancarle la vestimenta en busca de un recuerdo, aclamándola como santa. Hoy sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (Santo Domingo), con notable devoción del pueblo peruano (y de América) que visita la Capilla dedicada a su culto en el Crucero del Templo dominicano.