tres ejemplos de la comunicación con el olfato
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Cuando percibimos un olor por primera vez, ese aroma se registra en nuestro cerebro como una emoción vinculada a la situación en la que nos encontramos. Así, cada vez que volvemos a oler ese aroma exacto, nuestra memoria nos transporta a aquel momento y emoción específicos. De hecho, parece ser que somos capaces de retener más de 10.000 aromas distintos en la memoria, lo que implica que existen más de 10.000 emociones y recuerdos que podemos evocar en un evento con un elemento tan sencillo como un perfume. En las presentaciones de producto, por ejemplo, ¿qué mejor herramienta para dar a conocer una nueva cafetera que el olor a café recién hecho? Ni el mejor montaje visual podría superar a la sensación de hogar, familia y calidez que nos proporciona el olor de una taza de café recién hecha.
Cuando el olor de algo recuerda al evento...
Según un estudio de la marca Ambi Pur en 2011, un 46,3% de la población reconoce que volver a oler algo familiar les influye más que volver a verlo o escucharlo. Imagina que organizas un incentivo frente al mar para los trabajadores de una empresa, y unas semanas después del evento, todos los asistentes reciben una tarjeta de agradecimiento como recuerdo, que al abrirse, en vez de contener fotos del pasado, simplemente desprende olor a sal y playa. ¿Se te ocurre una forma más eficaz de transportar a esa persona al evento vivido y generar así la emoción y felicidad experimentadas en aquel instante? Y no tienes porqué buscar un entorno con olores característicos para cada ocasión, hoy en día ya existen empresas que diseñan olores personalizados para tu evento. Imagina que todas las experiencias que organizase una marca tuviesen siempre el mismo aroma… Puede que sea la forma ideal de dejar una huella emocional en la mente del consumidor, sumando con cada evento una emoción más a la relación con la marca.
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