Tradiciones de los partidos politicos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es una costumbre muy arraigada en los partidos políticos promover a los familiares. Esta costumbre, tan mexicana —aunque en otros lares también se cuecen habas— nos viene de tiempo atrás. Basta recordar a los hermanos Ávila Camacho. Hoy, cuando las mujeres hemos logrado que las leyes validen la paridad, nos enteramos de que están postulando a las esposas, novias, madres, tías, amantes, etc.
El reclamo debe ser parejo: Ni mujeres ni hombres merecen ser candidateados por el simple hecho de ser parientes o por algún tipo de afecto cercano. Desde hace muchísimos años debimos reclamar que los derechos de “la sangre” o del amor no deben valer más que la militancia o los méritos partidistas. Ningún instituto, por ser de interés público, debe repartirse cargos, como si fueran empresas privadas. Todo lo contrario: deben construir el andamiaje necesario para que la militancia tenga mayor peso a la hora de elegir candidaturas. Pero no lo han hecho y, simplemente, han sido negocios familiares.
Respuesta:
Socialización política y creación de opinión.
Armonización de intereses.
Formación de elites políticas.
Canalización de peticiones de la población hacia los poderes.
Reforzamiento y estabilización del sistema político.
Ascendentes (cuando fluyen desde la sociedad al Estado):
Estructuración del voto: ordenan la multiplicidad de opciones electorales.
Movilización e integración social: alientan la participación política, la concurrencia a los comicios y la asistencia a actos públicos.
Agregación de demandas: las sistematizan y priorizan. Armonizan intereses sectoriales integrándolos en un programa común.
Fomentan la socialización política: transmiten principios, proyectos e ideas que propician el aprendizaje cívico.
Creación y orientación de la opinión política.
Descendentes (derivan de la interacción con el Gobierno):
Reclutamiento, formación y selección de potenciales líderes políticos.
Garantizan la renovación de las autoridades mediante el consenso y la aceptación de las reglas de la competencia.
Diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas.
Control de los representantes.