Todos somos conscientes que la computadora e internet constituyen dos de las revoluciones
tecnológicas más maravillosas de todos los tiempos. Las computadoras u ordenadores han dejado
de ser el campo exclusivo de los genios de la informática y hoy se encuentra al alcance de cualquier
persona de inteligencia promedio normal. Vive y convive con nosotros, ya sea en la escuela, en la
universidad, en el trabajo, en las empresas a las cuales vamos a comprar bienes y/o a pagar
servicios, etc. Y, en algunos casos, en nuestra propia casa. Es cierto que por lo general la usamos
cada vez más, aprendemos más sobre su uso, aunque constituye uno de esos aparatos misteriosos
con los cuales hacemos maravillas, pero sin saber cómo lo hace, muchas veces sin importarnos
cómo lo hace (Eso lo creemos está reservado para los iniciados en esa exclusiva y hierática sociedad
de los nuevos brujos informáticos. ¡Acaso no nos hablaron del retorno de los brujos!)
Con internet aparece una nueva generación: la generación web, conformada por "...millones de
jóvenes menores de dieciocho años que no solo están familiarizados con las computadoras desde
niños, sino que también tienen acceso a Internet desde las escuelas y universidades. Un niño que
tenga ahora ocho o diez años aprenderá a utilizar Internet como un recurso más para su educación.
El ordenador conectado a la red será, es, un instrumento de trabajo para dar acceso a la biblioteca
más grande del mundo" (García «Garanz», Fernando. "Libros en Internet" (Madrid: Editorial Espasa
Calpe S.A. 1998; p.18)
Marcela Czarny en su libro "La escuela en Internet, Internet en la escuela. Propuestas didácticas
para docentes no informatizados" (Rosario-Argentina: Homo Sapiens Ediciones, 2000) nos recuerda
que con o sin Internet el desafío más grande de la educación es el educar para cambiar y no educar
para repetir. Actualmente la cantidad de información disponible es abrumadora y como la calidad de la información es muy variada, el desafío más grande es lograr que los estudiantes vayan
adquiriendo (es algo que requiere tiempo, madurez y conocimiento) agudos criterios de selección,
espíritu analítico y crítico que siempre han sido metas de la educación, pero que hoy se extreman
porque al navegar en océanos de información, se requiere ir aprendiendo qué fuente es valiosa y
cuál no. Es cierto que esto también es válido para las informaciones que se pueden encontrar en los
libros, periódicos y revistas, pero es innegable que hoy a través de Internet se tiene acceso a
información en un número desproporcionadamente alto (lo que motiva que se hable de una
«infoxicación»), pero que al pasarlo por el tamiz de la selección se va reduciendo, hasta poder
quedarse con las necesarias informaciones de alta calidad. Y cuando digo información no solo me
estoy refiriendo a textos sino a todo tipo de material de multimedia. La posibilidad de acceder a
museos a través de visitas virtuales es una fuente valiosa de conocimiento y de fomento de la
sensibilidad artística. Lo propio ocurre con algunos museos de voces de personajes famosos. O el
poder admirar y leer el facsímil de obras que han sido digitalizadas porque requieren ser
salvaguardadas. Y resulta que en esa digitalización la resolución de detalles es superior a la que la
observación directa del manuscrito físico permite. Esto es una maravilla y está al alcance de
cualquier verdadero lector, es decir de aquel que va a encontrar placer porque lee no solo para
informarse sino porque la lectura, en cualquier soporte, le brinda deleite y, ahora, la espectacular
posibilidad de tener acceso a obras que por encontrarse en salas especiales de investigación solo
estaban a disposición de un reducidísimo número de especialistas. Podemos gozar, por ejemplo,
con la digitalización de la crónica de Felipe Guamán Poma de Ayala realizada por la Biblioteca Real
de Copenhague, dentro de su proyecto de digitalización del valiosísimo material de su Departamento
de Manuscritos y Libros Raros, considerando además que la mencionada crónica había sido
propuesta, en mayo de 1997, para su inclusión, por parte de la UNESCO, en la lista de "Memoria
del mundo". Como dice Rolena Adorno, que nos obsequia un valiosísimo estudio introductorio a la
obra del cronista indio: "Tanto si el lector quiere leer el texto en prosa del manuscrito o simplemente
examinar sus casi cuatrocientas páginas de dibujos, esta extraordinaria versión digital posibilita un
fácil acceso para el especialista y para el amateur". Y esto que decimos sobre esta crónica lo
podríamos decir sobre la edición príncipe de El Quijote, para sólo citar dos obras de las muchas que
ya han sido digitalizadas.
Realice un cuadro sinóptico sobre la lectura anterior. es lengua
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Respuesta:
escapulario
Explicación:
atuendo de la virgen del carmen
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