tipos de celulas que forman parte del cuerpo humano y explica su función ubicación y nombre que recibe
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Respuesta:
Aunque a menudo se consideran la unidad más pequeña de un organismo vivo, están constituidas por elementos aún más pequeños, cada uno de ellos dotado de una función propia. El tamaño de las células humanas varía de unas a otras, pero todas son muy pequeñas. Incluso la mayor de todas, el óvulo fecundado, es tan pequeña que no es perceptible a simple vista.
Las células humanas tienen una membrana superficial (denominada membrana celular) que mantiene unidos los contenidos. Sin embargo, esta membrana no es una simple envoltura. Posee unos receptores que permiten a las células identificarse entre sí. Estos receptores reaccionan también ante sustancias producidas por el organismo y ante fármacos introducidos en el mismo, y permiten que estas sustancias o fármacos entren o salgan de la célula de forma selectiva (véase Receptores celulares). Las reacciones que se producen en los receptores a menudo alteran o controlan las funciones celulares. Un ejemplo de ello es la unión de la insulina a los receptores de la membrana celular para mantener los niveles apropiados de azúcar en sangre y para permitir que la glucosa entre en las células.
Dentro de la membrana celular existen dos compartimentos principales:
El citoplasma
El núcleo
El citoplasma contiene estructuras que consumen y transforman la energía, y que realizan las funciones de la célula.
El núcleo contiene el material genético de la célula y las estructuras que controlan su división y reproducción.
Las mitocondrias son estructuras minúsculas situadas en el interior de todas las células que proporcionan energía a la célula.
Interior de la célula
Si bien existen distintos tipos de células, la mayoría de ellas poseen los mismos componentes. Una célula tiene un núcleo y un citoplasma, y está delimitada por la membrana celular que regula lo que sucede dentro y fuera de ella. El núcleo contiene los cromosomas que constituyen el material genético de la célula, al igual que un nucléolo que produce los ribosomas. Los ribosomas producen proteínas, que el aparato de Golgi compacta de modo que puedan abandonar la célula. El citoplasma está constituido por un material fluido y por los orgánulos celulares, que pueden considerarse los órganos de la célula. El retículo endoplasmático transporta materiales en el interior de la célula. Las mitocondrias generan la energía necesaria para las actividades celulares. Los lisosomas contienen enzimas que pueden descomponer las partículas que entran en la célula. Los centríolos participan en la división de la célula.
Son muchos y muy diversos los tipos de células que constituyen el organismo, y cada uno está dotado de una estructura y una función propias. Algunos tipos de células incluyen
Células sanguíneas
Células musculares
Células cutáneas
Células nerviosas
Células glandulares
Algunas células, como las células sanguíneas, se desplazan libremente en la sangre y no están unidas unas a otras. Otras, como las células musculares, están firmemente unidas entre sí.
Algunas células, como las células de la piel, se dividen y se reproducen con rapidez. Otras, como ciertas células nerviosas, no se dividen ni se reproducen, salvo en circunstancias excepcionales.
Algunas células, sobre todo las glandulares, tienen por función principal la producción de sustancias complejas como las hormonas o las enzimas. Por ejemplo, ciertas células mamarias producen leche, algunas del páncreas producen insulina, otras del revestimiento de los pulmones producen mucosidad, y algunas de la boca, saliva. Existen otras células cuya función primordial no es la producción de sustancias. Por ejemplo, las células musculares se contraen, lo que permite el movimiento. Este es el caso, también, de las neuronas, que generan y conducen impulsos eléctricos, permitiendo de este modo la comunicación del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) con el resto del organismo.
Además de las células humanas, el cuerpo humano contiene microorganismos que viven en la piel y en las vías aéreas, la boca y los aparatos digestivo, reproductor y urinario sin causar ningún daño. Los microorganismos que habitualmente ocupan un sitio corporal particular se denominan flora saprófita o microbioma. Gran parte de la flora saprófita es realmente útil para las personas, por ejemplo, ayudando a digerir los alimentos o al impedir el crecimiento de otras bacterias más peligrosas.