¿Tiene recursos literarios el reportaje “El día que envenenaron a Chiquinquirá”? ¿Cuáles
identificas?
El sábado 25 de noviembre de 1967 en Chiquinquirá, la panadería Nutibara tenía, como
siempre, los panes listos en el mostrador y ya los clientes comenzaban a tomar su
desayuno. Ese sábado, los siete hijos de Luis Tirso García, un educador de animales
que se encontraba en Bogotá con su esposa, celebrarían su último día de colegio. Luis
Carlos, Jorge Eduardo, Nhora, Luis Tirso o Tirsito, Amparo y María Josefa, caminaban con
otros estudiantes hacia el teatro Furatena, cuando uno de los colegiales se desplomó.
El estudiante fue llevado al hospital San Salvador, una vieja casa con 3 médicos y 5
enfermeras. Desde ese momento, otras personas ingresaron al hospital con el mismo
problema: intoxicación. Los enfermos empezaron a perder el conocimiento y resultaba
imposible hacerlos vomitar. Pronto corrió el rumor de que el agua estaba envenenada
Mientras tanto, en la casa de Luis Tirso García, después de haber desayunado con el pan
de la Nutibara, Tirsito sintió que su cabeza daba vueltas, su hermana Amparo se mareó
y Luis Carlos cayó inconsciente, por lo que la vecina los llevó al hospital.
Estructura del reportaje
5
Una persona que había visto morir a un pollo luego de darle un mendrugo, dio la alarma
de que era el pan el que estaba envenenado. Un empleado de la Nutibara llamado Juan
Rangel había comido 5 panes y su compañero, Joaquín Merchán, dos. Luego de que
Merchán muriera en el hospital, Rangel, que no sintió ni dolor de estómago, afirmó haber
notado que la harina estaba húmeda. Un poco después, José Antonio Vargas, médico
de la Secretaría de Salud de Boyacá, confirmó que el pan había sido contaminado con
folidol, un veneno usado por agricultores como pesticida, pues al oler un puñado de
harina recordó el olor de un almacén que vendía frascos de este tóxico justo al lado de
donde solía tener su consultorio.
Ese día por la mañana, Luis Alberto Rodríguez, dueño de Almacén Mi Granja, había
recibido un despacho de cajas de folidol. Rodríguez notó que uno de los frascos de
veneno estaba roto, por lo que reclamó a Erasmilo Vargas, chofer de Transportes
Mentoca. Justo debajo de las cajas de pesticida venían los costales de harina, y al regarse,
el veneno los impregnó.
A las 10 a.m. ya había varios muertos y más de doscientos internados; los periodistas y
fotógrafos comenzaron a llegar. Un fotógrafo del El Tiempo tomó una fotografía de un
niño recibiendo una trasfusión de suero sobre un canapé, fotografía que dio vuelta al
mundo.
Debido a la emergencia, Luis Tirso y su esposa regresaron a Chiquinquirá y descubrieron
que sus tres hijos varones y Nhora habían muerto. Antes de ser dada por muerta,
Nohra había recibido la inyección de atropina, antídoto del folidol, y tiempo después
descubrieron que la niña no estaba muerta, respiraba lentamente.
Médicos de otras poblaciones comenzaron a llegar, el ministro de Salud recetaba a
los enfermos como, Tomás Alfonso Romero, un peluquero con esposa y 8 hijos. En la
mañana, su hija Martha de 9 meses fue alimentada con pan porque ese día no había
colaciones, y Blanca Helena, de siete años, notó en éste un sabor amargo. Tomás,
su esposa y 7 de sus hijos terminaron en el hospital. Solo la pequeña Martha murió.
También la familia de José Miguel Ortegón perdió tres hermanos de nueve que eran.
El inspector Jesús María Zambrano y su agente Benjamín Castro iniciaron la investigación
y detuvieron al chofer del camión y a Aurelio Fajardo, dueño de la Nutibara; no obstante,
fueron liberados 10 días después. Un piquete de soldados fue enviado a ayudar a enterrar
a las víctimas, pues Jesús Moreno, el sepulturero, no era suficiente. 61 niños y 4 adultos
fallecieron ese día, mientras que 165 personas estuvieron hospitalizadas.
Respuestas a la pregunta
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Respuesta:
1- noticiero 2-un echo y un rumor 53 años
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