tiempo de los relatos maravillosos ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Tipos de relato: el cuento maravilloso
Publicado el 13 mayo, 2018
Los cuentos maravillosos son relatos de hechos extraordinarios, increíbles, en los cuales intervienen, generalmente, hadas, brujas, magos, duendes, gigantes y ogros. Todos estos seres tienen grandes poderes y realizan conjuros buenos y malos. Para ello se valen de objetos mágicos de gran variedad: anillos, talismanes, plumas, varitas mágicas, brebajes, etc. Muchas veces, los personajes malvados intentan destruir a los buenos, quienes deben superar distintas pruebas para salvarse. Otras veces, deben romper un hechizo para poder disfrutar de la vida. El marco (espacio y tiempo en que ocurren los hechos) en los cuentos maravillosos, es indeterminado: “ Había una vez…”,” …en una lejana comarca…”,”… en una aldea…”, etc. Estas narraciones tienen el propósito de entretener.
El príncipe que se casó con una rana
Había una vez un rey que tenía tres hijos en edad de casarse. Para que no surgieran rivalidades en cuanto a la elección de las tres esposas, les dijo: —Tirad con la honda tan lejos como podáis: donde caiga la piedra tomaréis esposa. Los tres hijos tomaron las hondas y tiraron. El más grande tiró y la piedra cayó sobre el techo de una panadería; le correspondió la panadera. El segundo tiró y la piedra cayó en la casa de una tejedora. La piedra del menor cayó en una zanja. Apenas tiraban, cada uno corría a entregarle el anillo a la prometida. El mayor encontró una jovencita blanda como un pan; el mediano una muchacha pálida, delgada como un hilo, y el más pequeño, después de mucho mirar en la zanja, sólo encontró una rana. Volvieron junto al rey, para contarle de sus prometidas. — Ahora —dijo el rey—, quien tenga la mejor esposa heredará el reino. Hagamos las pruebas. Y a cada uno le dio hilo para que a los tres días se lo trajeran hilado por las prometidas, a ver quién lo hacía mejor. Los hijos fueron a ver a sus novias y les recomendaron que hilaran cuidadosamente; el más pequeño, muy mortificado se acercó al borde de la zanja con el hilo y se puso a llamar: —¡Rana, rana! —¿Quién me llama? —Tu amor que poco te ama. —Si ahora me ama poca cosa, me amará más al verme hermosa.
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