TEXTO PARA ECONOMÍA II (6° AÑO “A”)
¿QUÉ SOY EN ESTE MUNDO MATERIALISTA?
Tal vez muchos de ustedes se estará planteando que hubo un erros en el título del texto, que tal vez debería haber formulado otra pregunta, como por ejemplo ¿quién soy en este mundo materialista?, pero la respuesta tendría nombre y apellido, entonces allí se terminaría toda ésta cuestión.
El qué soy da la sensación de algo no humano, todo lo contrario, me sugiere a cosa, objeto o producto, y si, es así como en realidad somos contemplados desde el ámbito comercial, económico o global, o como cada uno entienda y lo quiera llamar.
La cuestión es además, preguntar en que momento o circunstancia entramos en el mundo material o nos dejamos llevar por aquellos invasores materialistas que nos rodean a diario. Si soy un ser vivo y lo material carece de vida, porque termina la gente identificándose con lo material, si ni siquiera responde a su propia naturaleza.
Pero lo más curioso es que justamente de nuestra naturaleza de ser seres vivos es que gana la persuasión y la convicción para arrastrarnos a creer que si más tengo, más valgo para mí y los demás.
Debemos ser, desde que nacemos y antes tal vez, mejor que los otros, existe esa competencia implícita en los mayores y luego en nosotros mismos cuando alcanzamos un cierto grado de conciencia de que debemos estar a la altura de……. Y la pregunta que surge es a la altura de qué? De las circunstancias?, de los amigos?, de los vecinos?, de los familiares?, de los compañeros del colegio? De qué?
Entonces empezamos desesperadamente a buscar todo aquello que nos ponga a la altura de……, ropa, calzados, electrónica, accesorios, tecnologías, casas , autos, y mil cosas más que forman el mundo material de nuestras vidas.
Aparece como un gran amigo genio la publicidad, correcta, ingeniosa, siempre bien pensada, elaborada y lo más relevante, bien propuesta. Y como toda propuesta, existen dos actores importantes, el que propone y el que lo acepta o rechaza. El que propone deberá utilizar sus mejores técnicas o estrategias para lograr convencer, enamorar y conquistar a su nueva presa, y el que acepta o rechaza, entra en un estado de ansiedad, indecisión, malestar, ante la incertidumbre de no saber qué hacer, pero por diversas razones, por el dinero que dispone, por la desconfianza ante la cosa en cuanto si le conviene o no adquirir, y en el último y más olvidado de los casos por si le será útil o no, o si es realmente necesario o no.
Pero si en algún momento tengo dudas, la repetición hasta el cansancio de esas imágenes, carteles, canciones, y palabras, que aunque no estemos viendo o escuchando siguen dando vueltas en nuestras mentes, consiguen en un 80% de los casos convencernos y allá vamos en busca y al encuentro de esa cosa.
Entonces qué soy yo en éste mundo materialista? Nada más ni nada menos que una cosa, objeto de manipulación por parte de quien más puede invertir en publicidad, de grandes o pequeñas marcas que se afanan en conseguir más adeptos a sus causas del consumismo, paginas interminables de carrito, donde con solo apretar teclas y cargar datos de tarjetas de crédito consiguen grandes triunfos.
Pero acaso exponen de manera honesta la utilidad de todo lo que tiran al mercado como anzuelos listos para picar? Han visto alguna vez alguna publicidad de hilos de coser?, de agujas? De máquinas de coser? Si de ellas si, pero podemos coser un botón en una prenda sin agujas e hilos?, entonces no todo lo que realmente necesitamos y es útil está propuesto, pero bueno esas son cosas demás baratas entonces no es necesario publicitarlas.
Qué distinto sería si esas publicidades tuvieran otro tipo de mensaje y propuestas, si dejaran de ser repetitivas y hasta agobiantes, si en su contenido mostraran la realidad de las cosas, si a las personas les mostraran sus pro y sus contras, si tuvieran como fin inmediato satisfacer una necesidad real y no ficticia como tantas veces ocurre.
Pensemos entonces en dejar de ser cosa, objeto de las marcas, de consumir por consumir, de ser indiferentes a la necesidad del otro, de dejar de ser arrastrados por mensajes populistas, de dejar de querer estar a la altura de…… y estar a su propia altura acorde a la realidad de cada uno, de pensar que si tengo más soy más, y si no puedo tener tanto soy menos, esto no es una operación matemática de sumar o restar cosas, es de saber reconocer lo que necesito para ser feliz y no para hacer feliz a los demás.
Qué cada día puedan preguntarse no qué soy, sino quién soy yo en este mundo materialista y la respuesta se las dejo a ustedes porque yo ya sé quién soy en este mundo materialista.
1 selecciona las ideas fundamentales de cada parrafo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
Quizás varios de ustedes se va a estar planteando que hubo un erros en el título del escrito, que quizás debe haber formulado otra pregunta, tales como ¿quién soy en este planeta materialista?, sin embargo la contestación tendría nombre y apellido, entonces ahí se terminaría toda ésta cuestión.
El qué soy da la sensación de algo no humano, todo lo opuesto, me indica a cosa, objeto o producto, y si, es así como en verdad somos contemplados a partir del entorno comercial, económico o universal, o como cada uno entienda y lo desee llamar.
La cuestión es además, preguntar en que instante o situación entramos en el planeta material o nos dejamos llevar por esos invasores materialistas que nos rodean a diario. Si soy un ser vivo y lo material carece de vida, pues finaliza la población identificándose con lo material, si ni siquiera responde a su propia naturaleza.
Debemos ser, a partir de que nacemos y previamente quizás, mejor que los demás, existe dicha competencia implícita en los más grandes y después en nosotros una vez que alcanzamos un cierto nivel de conciencia de que debemos estar al nivel de…….
Entonces empezamos desesperadamente a buscar todo eso que nos ponga al nivel de……, ropa, calzados, electrónica, complementos, tecnologías, viviendas , autos, y mil cosas más que conforman el planeta material de nuestras propias vidas.
El que ofrece tendrá que usar sus superiores técnicas o tácticas para poder hacer convencer, enamorar y conquistar a su nueva presa, y el que acepta o rechaza, entra en un estado de ansiedad, indecisión, malestar, frente a la incertidumbre de no saber qué hacer, sin embargo por distintas causas, por el dinero que dispone, por la desconfianza frente a la cosa en cuanto si le conviene o no conseguir, y en el último y más olvidado de los casos por si le va a ser eficaz o no, o si es en realidad primordial o no.
Empero si alguna vez tengo dudas, la repetición hasta la fatiga de aquellas imágenes, carteles, canciones, y palabras, que aunque no estemos viendo o oyendo siguen dando vueltas en nuestras propias mentes, consiguen en un 80% de los casos convencernos y ahí vamos en busca y al encuentro de dicha cosa.
Entonces qué soy yo en éste mundo materialista? Nada más ni nada menos que una cosa, objeto de manipulación a causa de quien más puede invertir en publicidad, de monumentales o pequeñas marcas que se afanan en lograr más adeptos a sus razones del consumismo, paginas interminables de carrito, donde con solo apretar teclas y cargar datos de tarjetas de crédito consiguen enormes triunfos.
Pensemos entonces en dejar de ser cosa, objeto de las marcas, de consumir por consumir, de ser indiferentes a la necesidad del otro, de dejar de ser arrastrados por mensajes populistas, de dejar de querer estar al nivel de…… y estar a su propia elevación conforme a la verdad de cada uno, de pensar que si tengo más soy más, y si no puedo tener tanto soy menos, esto no es una operación matemática de sumar o restar cosas, es de saber reconocer lo cual necesito para ser feliz y no para hacer feliz a los otros.
Qué todos los días logren preguntarse no qué soy, sino quién soy yo en este planeta materialista y la contestación se las dejo a ustedes ya que yo ya sé quién soy en este planeta materialista.