texto narrativo sobre novela modernista , de dos paginas doy 35 puntos
Respuestas a la pregunta
A
principios del siglo XX un 56% de los varones y un 71% de las mujeres eran
analfabetos lo que no impidió un crecimiento en la demanda de novelas.
La migración del campo a la ciudad y la organización de los obreros -que se
reunían en casas del pueblo suscritas a periódicos y a veces
dotadas de pequeñas bibliotecas- propició la lectura "en
alto" de libros y periódicos de izquierdas, y el préstamo de los mismos.
Así mismo, la ampliación de las clases profesionales -que se reunían en casinos y sociedades recreativas- aumentó la demanda de libros,
especialmente los de contenido erótico y los de críticas de costumbres. En esta
etapa de la historia de la novela española, las más populares eran las de
contenido erótico y de crítica social; para hacerse una idea del escaso tamaño
de éste mercado editorial, solo hace falta mencionar que las de mayor éxito tan
solo vendían entre cinco y diez mil ejemplares en toda España; esto explica que
la mayoría de los novelistas dependían de las rentas familiares (Baroja), los
cargos en la administración (Azorín), la cátedra (Unamuno) o las colaboraciones
periodísticas (Maeztu) para subsistir. Solo Blasco Ibáñez vendía lo suficiente
para mantenerse solo con las ventas de sus novelas.
Al crecimiento de la lectura también contribuyo un largo periodo de una relativa libertad de prensa - salvo en lo referente a los militares - que duró hasta 1923, en que es instauró la Dictadura de Primo de Rivera. Los periódicos trataron de atraer nuevos lectores incrementando notablemente sus contenidos literarios, al incluir novelas "por entregas" en sus páginas y suplementos. Algunas novelas de Pío Baroja se podían encontrar en el folletín del periódico La Opinión, las de Blasco Ibáñez aparecieron en el diario El Pueblo, y una parte de las Sonatasmodernistas de Ramón del Valle-Inclán en el suplemento Los lunes del Imparcial.
Respuesta:A principios del siglo XX un 56% de los varones y un 71% de las mujeres eran analfabetos lo que no impidió un crecimiento en la demanda de novelas.
La migración del campo a la ciudad y la organización de los obreros -que se reunían en casas del pueblo suscritas a periódicos y a veces dotadas de pequeñas bibliotecas- propició la lectura "en alto" de libros y periódicos de izquierdas, y el préstamo de los mismos.
Así mismo, la ampliación de las clases profesionales -que se reunían en casinos y sociedades recreativas- aumentó la demanda de libros, especialmente los de contenido erótico y los de críticas de costumbres. En esta etapa de la historia de la novela española, las más populares eran las de contenido erótico y de crítica social; para hacerse una idea del escaso tamaño de éste mercado editorial, solo hace falta mencionar que las de mayor éxito tan solo vendían entre cinco y diez mil ejemplares en toda España; esto explica que la mayoría de los novelistas dependían de las rentas familiares (Baroja), los cargos en la administración (Azorín), la cátedra (Unamuno) o las colaboraciones periodísticas (Maeztu) para subsistir. Solo Blasco Ibáñez vendía lo suficiente para mantenerse solo con las ventas de sus novelas.
Al crecimiento de la lectura también contribuyo un largo periodo de una relativa libertad de prensa - salvo en lo referente a los militares - que duró hasta 1923, en que es instauró la Dictadura de Primo de Rivera. Los periódicos trataron de atraer nuevos lectores incrementando notablemente sus contenidos literarios, al incluir novelas "por entregas" en sus páginas y suplementos. Algunas novelas de Pío Baroja se podían encontrar en el folletín del periódico La Opinión, las de Blasco Ibáñez aparecieron en el diario El Pueblo, y una parte de las Sonatasmodernistas de Ramón del Valle-Inclán en el suplemento Los lunes del Imparcial.
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