TEXTO N° 04 En "Los Heraldos Negros". Vallejo nos presenta un dolor quemante que rasga surcos en el rostro más fiero, que se adentra en el espíritu empozándose hasta las abismales honduras del ser, de lo humano, un dolor sustantivo. "Son pocos nero son...", dice lacónicamente y detiene la frase como para expresar que junto a estos golpes el resto del vivir se hace adietivo, mero adorno intrascendente. El dolor es el núcleo, el nervio axial, sobre él gira el primer poema vallejiano. Sería difícil creo yo, especificar de qué dolor se trata. Los estudiosos de nuestro poeta podrán dar mil interpretaciones a "Las caidas hondas de los Cristos del alma" o al "pan que en la puerta del horno se nos quema". Esa diversidad de interpretación nos está probando que se trata de un dolor sustantivo. Cada uno tiene su Cristo que un día cayó, y su pan que alguna vez se quemó. Cada lector puede poner debajo de esas frases, las más profundas experiencias del dolor que haya padecido en su propia vida. Porque lo importante no es tal o cual dolor, sino el dolor en cuanto tal, concretamente aquel dolor de la existencia misma o, lo que es lo mismo, de aquel dolor que puso en tela de juicio mi propio existir. Todo otro dolor es explicable en categorias de existencias. Pero el existir mismo está más allá de toda explicación. Basta vivenciar la muerte, en autenticidad, para aceptar lo que aquí estamos afirmando. Yo puedo dar de la muerte de una persona, ajena a mí, una explicación fisiológica; dicha explicación, que llamo científica, agota el hecho. Pero nunca podré contentarme, con este género de razonamientos, si se trata de un ser intimamente ligado a mi existencia. 05. "Son pocos, pero son", significa que: a) Los golpes que sufrimos son pocos. b) Los golpes son limitados, pero intensos. c) Lo más fuertes sucumben ante fuertes golpes.
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sadasdasd
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