texto de los hobbits
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El hobbit (título original en inglés: The Hobbit, or There and Back Again, usualmente abreviado como The Hobbit) es una novela fantástica del filólogo y escritor británico J. R. R. Tolkien.
Explicación:
Esta es una historia de hace mucho tiempo. En esa época los lenguajes eran bastante
distintos de los de hoy... Las runas eran letras que en un principio se escribían mediante
cortes o incisiones en madera, piedra, o metal. En los días de este relato los Enanos las
utilizaban con regularidad, especialmente en registros privados o secretos. Si las runas
del Mapa de Thror son comparadas con las transcripciones en letras modernas, no será
difícil reconstruir el alfabeto (adaptado al inglés actual), y será posible leer el título rúnico
de esta página. Desde un margen del mapa una mano apunta a la puerta secreta, y
debajo está escrito:
Las dos ultimas runas son las iniciales de Thror y Thrain. Las runas lunares leídas por
Elrond eran:
En el Mapa los puntos cardinales están señalados con runas, con el Este arriba, como
es común en los mapas de enanos y han de leerse en el sentido de las manecillas de
reloj: Este, Sur, Oeste, Norte.
UNA TERTULIA INESPERADA
En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante,
con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso,
sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.
Tenía una puerta redonda, perfecta como un ojo de buey, pintada de verde, con una
manilla de bronce dorada y brillante, justo en el medio. La puerta se abría a un vestíbulo
cilíndrico, como un túnel: un túnel muy cómodo, sin humos, con paredes revestidas de
madera y suelos enlosados y alfombrados, provisto de sillas barnizadas, y montones y
montones de perchas para sombreros y abrigos; el hobbit era aficionado a las visitas. El
túnel se extendía serpeando, y penetraba bastante, pero no directamente, en la ladera
de la colina —La Colina, como la llamaba toda la gente de muchas millas alrededor—, y
muchas puertecitas redondas se abrían en él, primero a un lado y luego al otro. Nada de
subir escaleras para el hobbit: dormitorios, cuartos de baño, bodegas, despensas
(muchas), armarios (habitaciones enteras dedicadas a ropa), cocinas. Comedores, se
encontraban en la misma planta, y en verdad en el mismo pasillo. Las mejores
habitaciones estaban todas a la izquierda de la puerta principal, pues eran las únicas
que tenían ventanas, ventanas redondas, profundamente excavadas, que miraban al
jardín y los prados de más allá, camino del río. Este hobbit era un hobbit acomodado, y
se apellidaba Bolsón. Los Bolsón habían vivido en las cercanías de La Colina desde
hacía muchísimo tiempo, y la gente los consideraba muy respetables, no sólo porque
casi todos eran ricos, sino también porque nunca tenían ninguna aventura ni hacían algo
inesperado: uno podía saber lo que diría un Bolsón acerca de cualquier asunto sin
necesidad de preguntárselo. Esta es la historia de cómo un Bolsón tuvo una aventura, y
se encontró a sí mismo haciendo y diciendo cosas por completo inesperadas. Podría
haber perdido el respeto de los vecinos, pero ganó... Bueno, ya veréis si al final ganó
algo.