Informática, pregunta formulada por diegorobertochura2, hace 4 meses

TEXTO DE CUALQUIER INFORMACION DE 1000 PALABRAS EL PRIMERO CORONA,

OJO CUENTO LAS PALABRAS

Respuestas a la pregunta

Contestado por victoriaml26
1

libro del gato negro xd

Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia más extraordinaria, y, sin

embargo, más familiar, que voy a referir. Tratándose de un caso en el que mis

sentidos se niegan a aceptar su propio testimonio, yo habría de estar realmente

loco si así lo creyera. No obstante, no estoy loco, y, con toda seguridad, no

sueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu. Mi

inmediato deseo es mostrar al mundo, clara, concretamente y sin comentarios,

una serie de simples acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias,

me han aterrorizado, torturado y anonadado. A pesar de todo, no trataré de

esclarecerlos. A mí casi no me han producido otro sentimiento que el de

horror; pero a muchas personas les parecerán menos terribles que insólitos. Tal

vez más tarde haya una inteligencia que reduzca mi fantasma al estado de

lugar común. Alguna inteligencia más serena, más lógica y mucho menos

excitable que la mía, encontrará tan sólo en las circunstancias que relato con

terror una serie normal de causas y de efectos naturalísimos.

La docilidad y humanidad de mi carácter sorprendieron desde mi infancia.

Tan notable era la ternura de mi corazón, que había hecho de mí el juguete de

mis amigos. Sentía una auténtica pasión por los animales, y mis padres me

permitieron poseer una gran variedad de favoritos. Casi todo el tiempo lo

pasaba con ellos, y nunca me consideraba tan feliz como cuando les daba de

comer o los acariciaba. Con los años aumentó esta particularidad de mi

carácter, y cuando fui hombre hice de ella una de mis principales fuentes de

goce. Aquellos que han profesado afecto a un perro fiel y sagaz no requieren

la explicación de la naturaleza o intensidad de los goces que eso puede

producir. En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo,

hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido

ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre

natural.

Me casé joven. Tuve la suerte de descubrir en mi mujer una disposición

semejante a la mía. Habiéndose dado cuenta de mi gusto por estos favoritos

domésticos, no perdió ocasión alguna de proporcionármelos de la especie más

agradable. Tuvimos pájaros, un pez de color de oro, un magnífico perro,

conejos, un mono pequeño y un gato.

Era este último animal muy fuerte y bello, completamente negro y de una

sagacidad maravillosa. Mi mujer, que era, en el fondo, algo supersticiosa,

hablando de su inteligencia, aludía frecuentemente a la antigua creencia

popular que consideraba a todos los gatos negros como brujas disimuladas. No

quiere esto decir que hablara siempre en serio sobre este particular, y lo

consigno sencillamente porque lo recuerdo.

Plutón —se llamaba así el gato— era mi predilecto amigo. Sólo yo le daba

de comer, y adondequiera que fuese me seguía por la casa. Incluso me costaba

trabajo impedirle que me fuera siguiendo por las calles.

Nuestra amistad subsistió así algunos años, durante los cuales mi carácter y

mi temperamento —me sonroja confesarlo—, por causa del demonio de la

intemperancia, sufrió una alteración radicalmente funesta. De día en día me

hice más taciturno, más irritable, más indiferente a los sentimientos ajenos.

Empleé con mi mujer un lenguaje brutal, y con el tiempo la afligí incluso con

.(es una parte pq no me deja escribir mucho /cry)


victoriaml26: pronto, mi alma original hubiese abandonado mi cuerpo, y una ruindad superdemoníaca, saturada de ginebra, se filtró en cada una de las fibras de mi ser. Del bolsillo de mi chaleco saqué un cortaplumas, lo abrí, cogí al
victoriaml26: pobre animal por la garganta y, deliberadamente, le vacié un ojo… Me cubre el rubor, me abrasa, me estremezco al escribir esta abominable atrocidad. Cuando, al amanecer, hube recuperado la razón, cuando se hubieron disipado los vapores de mi crápula nocturna, experimenté un sentimiento mitad horror, mitad remordimiento, por el crimen que había cometido.
victoriaml26: Pero, todo lo más, era un débil y equívoco sentimiento, y el alma no sufrió sus acometidas. Volví a sumirme en los excesos, y no tardé en ahogar en el vino todo el recuerdo de mi acción. Curó entretanto el gato lentamente. La órbita del ojo perdido presentaba, es cierto, un aspecto espantoso. Pero después, con el tiempo, no pareció que se daba cuenta de ello. Según su costumbre, iba y venía por la casa; pero, como debí suponerlo, en cuanto veía que me aproximaba a él, huía aterrorizado.
victoriaml26: Me quedaba aún lo bastante de mi antiguo corazón para que me afligiera aquella manifiesta antipatía
victoriaml26: en una criatura que tanto me había amado anteriormente. Pero este sentimiento no tardó en ser desalojado por la irritación. Como para mi caída final e irrevocable, brotó entonces el espíritu de perversidad, espíritudel que la filosofía no se cuida ni poco ni mucho. }
victoriaml26: No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón humano, una de esas indivisibles primeras facultades o sentimientos que dirigen el carácter del hombre… ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces cometiendo una acción necia o vil, por la única razón de que sabía que no debía cometerla?
victoriaml26: ¿No tenemos una constante inclinación, pese a lo excelente de nuestro juicio, a violar lo que es la ley, simplemente porque comprendemos que es la Ley? Digo que este espíritu de perversidad hubo de producir mi ruina completa. El vivo e insondable deseo del alma de atormentarse a sí misma, de violentar su propia naturaleza, de hacer el mal por amor al mal, me impulsaba a continuar y últimamente a llevar a efecto el suplicio que había infligido al inofensivo animal. Una mañana, a sangre fría,
victoriaml26: ceñí un nudo corredizo en torno a su cuello y lo ahorqué de la rama de un árbol. Lo ahorqué con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón desbordante del más amargo remordimiento. Lo ahorqué porque sabía que él me había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para encolerizarme con él.
victoriaml26: Lo ahorqué porque sabía que al hacerlo cometía un pecado, un ppecado mortal que comprometía a mi alma inmortal, hasta el punto de colocarla, si esto fuera posible, lejos incluso de la misericordia infinita del muy terrible y misericordioso Dios
victoriaml26: puse 3 cap imedio xd
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