Testimonio cristiano
Respuestas a la pregunta
hola
Por medio del pecado y los vicios, Jesús me dio otra segunda oportunidad, donde casi conocí la muerte, fue tan duro para mi poder pasar por un proceso tan duro, pero por amor a Dios hoy sigo de pie.
no es mia :v
Respuesta:
Chenxi, provincia de Hebei
Todo el mundo dice que la plenitud de la juventud es el tiempo más espléndido y puro de la vida. Quizás para muchos, esos años están llenos de bonitos recuerdos, pero lo que nunca habría esperado era pasar la plenitud de mi propia juventud en la cárcel. Podrías mirarme de forma extraña por esto, pero no me arrepiento de ello. Aunque ese tiempo tras los barrotes estuvo lleno de amargura y lágrimas, fue el regalo más valioso de mi vida, y gané mucho de él.
Nací en una familia feliz y desde la niñez he adorado a Cristo junto con mi madre. Cuando tenía quince años de edad, mi familia y yo, convencidas de que Dios Todopoderoso es Jesús venido de nuevo, aceptamos alegremente Su obra de los últimos días.
Un día de abril de 2002, cuando yo tenía diecisiete años de edad, una hermana y yo nos encontrábamos en un lugar cumpliendo con nuestros deberes. A la 1 de la madrugada, estábamos profundamente dormidas en la casa de nuestra anfitriona cuando unos golpes fuertes y urgentes en la puerta nos despertaron. Oímos a alguien gritando fuera: “¡Abrid la puerta! ¡Abrid la puerta!”. Tan pronto como la hermana que nos hospedaba la abrió, algunos oficiales de policía entraron bruscamente y dijeron con violencia: “Somos de la Oficina de Seguridad Pública”. Oír estas tres palabras, “Oficina de Seguridad Pública”, me puso nerviosa inmediatamente. ¿Estaban aquí para arrestarnos por nuestra creencia en Dios? Yo había oído acerca de algunos hermanos y hermanas arrestados y perseguidos por su fe; ¿podía ser que esto me estuviera pasando ahora a mí? Justo entonces mi corazón empezó a latir salvajemente, bum-bum, bum-bum, y en mi pánico, no sabía qué hacer. Por tanto, oré apresuradamente a Dios: “Dios, te imploro que estés conmigo. Dame fe y valentía. Pase lo que pase, siempre estaré dispuesta a ser un testimonio por Ti. También te suplico que me des Tu sabiduría y me concedas las palabras que debo decir, de forma que no te traicione a Ti ni venda a mis hermanos y hermanas”. Después de orar, mi corazón se calmó poco a poco. Vi a esos cuatro o cinco policías malvados registrando toda la habitación como bandidos, buscando por las sábanas, cada armario, caja, e incluso lo que había debajo de la cama hasta que finalmente encontraron algunos libros de las declaraciones de Dios, así como varios CD de himnos. El líder me dijo con voz impasible: “Tu tenencia de estas cosas es una prueba de que crees en Dios. Ven con nosotros y puedes hacer una declaración”. Impactada, dije: “Si hay algo que decir, simplemente puedo decirlo aquí; no quiero ir con ustedes”. Inmediatamente sonrió y contestó: “No te asustes; sólo demos un pequeño paseo para hacer una declaración. Te traeré aquí muy pronto”. Le tomé la palabra, fui con ellos y me metí en el coche policial.
Nunca se me ocurrió que ese pequeño trayecto sería el comienzo de mi vida en la cárcel.
espero que te sirva :D