Historia, pregunta formulada por miguelvasquezmuneton, hace 8 meses

Teniendo en cuenta que la moral se refiere a las costumbres y normas que cada uno tiene e interioriza, ¿por qué es necesario sabernos comportar para lograr un equilibrio social? Es De Etica

Respuestas a la pregunta

Contestado por leakktua2
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I. Definiciones estipulativas

Suele haber cierta controversia acerca de las definiciones y la distinción de los términos "ética" y "moral". Algunos filósofos ven la distinción como una cuestión de crucial importancia para la filosofía moral, porque piensan que cada uno de estos términos tiene una extensión definida y precisa y no se deben mezclar sus usos; sostienen que hay usos correctos e incorrectos de los términos. En esta distinción, nos dicen, hay en juego distintas concepciones de lo que es bueno y lo que es correcto. La distinción suele hacer referencia a dos esferas de la conducta humana bien delimitadas. Al distinguir estos dos términos se abre la posibilidad de que las dos esferas a las que se refieren se opongan o entren en conflicto, de modo que pueda haber acciones que sean éticas, pero no morales, o viceversa, morales, pero no éticas; a muchos les parece que es importante la distinción, porque en casos de conflicto entre la moral y la ética tendríamos que saber cuál debería prevalecer sobre la otra, o en última instancia si sería mejor deshacernos de una en nombre de la otra.

En la vida diaria muy frecuentemente también escuchamos que la gente habla de que hay "aspectos éticos y morales" en torno a algún asunto, con lo cual implican que hay una diferencia entre los dos. Por ejemplo, se suele decir que alguien no puede ocupar un cargo público "por razones éticas y morales", o que alguien se opone a hacer tal o cual cosa porque se contrapone "a sus principios éticos y morales". Sin embargo, es muy probable que la gente que hace esta distinción no pueda decirnos en qué consiste la diferencia.

Aquí quiero argumentar que no hay nada en la etimología de las palabras "ética" y "moral", ni en el empleo que diversos filósofos han hecho de estos términos a lo largo de la historia, que nos imponga un determinado significado para el uso de cada una de ellas. Se trata de una distinción estipulativa, es decir, depende de cómo se estipule que se van a usar los términos; por ello, no puede haber un único significado válido universalmente.1 En segundo lugar, las estipulaciones deben tener un propósito para que tengan sentido; las estipulaciones comunes sobre el uso de estos dos términos suelen tener el propósito de mostrar las diferencias de dos esferas bien definidas de la conducta humana, pero además suelen tener la intención de mostrar la mayor importancia relativa de una esfera sobre la otra. Por ejemplo, entre otros modos de estipular el significado de los términos, con frecuencia se afirma que el comportamiento ético, concebido como la afirmación de la conciencia autónoma y la autenticidad individual, debe tener un mayor peso que el ámbito de lo moral, entendido como la esfera de la observancia de reglas que nos son impuestas por la sociedad. Sin embargo, esta distinción sólo cobra sentido en contextos donde hay una clara diferenciación entre lo social y lo individual. Pero, más importante aún: concebida del modo que he mencionado, esta distinción, por sí sola, no nos da ninguna justificación de por qué, digamos, la conducta ética va a ser superior que la moral, simplemente por ser producto de la autonomía o de la autenticidad de la conciencia individual. Estos rasgos no hacen, por sí solos, que una determinada acción sea superior a una acción guiada por los principios socialmente impuestos. Aquí me voy a centrar precisamente en las distinciones entre ética y moral que hacen un paralelismo, para ponerlo en términos amplios, con la distinción entre individuo y sociedad.2 Creo, a fin de cuentas, que la distinción ética/moral es una distinción que deberíamos cuestionar y sobre la que no deberíamos poner tanto peso como algunos quisieran: nada realmente significativo en la práctica (es decir, fuera de un ámbito intrateórico) depende de la estipulación terminológica entre "ética" y "moral" -en todo caso, nada para lo que no tengamos ya términos menos ambiguos-.

Quiero advertir que en este ensayo no intento proponer una nueva distinción entre "ética" y "moral" ni tampoco proponer una definición de lo que es la moralidad o la ética -lo que es notablemente difícil-. No creo que tenga sentido emprender esta tarea, ni son claros los beneficios de tener una definición que sería dependiente de las distintas teorías éticas y que, por lo mismo, estaría sujeta a constantes objeciones por parte de otras teorías y que, probablemente, no capturaría el sentido que le damos a los términos "ética" y "moral" en la vida diaria. Creo que cotidianamente estos términos suelen ser más o menos intercambiables y que no tendríamos por qué regular su uso, más que para propósitos específicos de teorías éticas particulares. Por otro lado, los filósofos morales han tratado de dar una definición del término "moralidad" sin que hayan llegado nunca a ponerse de acuerdo. Habría que tener conciencia de este desacuerdo y simplemente tratar de especificar cómo se usan los términos.ΔΔ

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