Tenemos la opinión cuando el concepto tiene cierta
Respuestas a la pregunta
Un alto grado de certeza, comporta una conciencia sobre ciertos hechos que se admiten sin sombra de duda, con alta confianza en que lo sabido sobre tales hechos sería verdadero y válido. Basada en la evidencia supone un conocimiento comunicable y reconocible por cualquier otro entendimiento racional. Un bajo grado de certeza es una situación en la que el conocimiento estaría más o menos cerca de la ignorancia. En una situación así, no es posible afirmar algo con seguridad.
Entre estos dos extremos en el grado del conocimiento situamos un conocimiento que no es perfecto y no ofrece la suficiente confianza en su validez por lo que pueden darse dos situaciones:
La duda. Se produce cuando la insuficiencia del conocimiento y confianza en la validez del mismo es tal que no es posible afirmar. En la duda se da un grado de conocimiento imperfecto y, consecuentemente, una desconfianza en la validez. La duda es fuente de conocimiento cuando se reconoce la parte que corresponde a la ignorancia y se convierte en motivación para el progreso del conocimiento mediante el estudio y la crítica.12
La opinión. Cuando el grado de conocimiento genera suficiente confianza en su validez como para poder afirmarlo como verdadero, pero no de forma perfecta. El que opina afirma, sí, pero no con perfecta confianza en la verdad de la proposición con la que el conocimiento se manifiesta. Teniendo lo que se afirma como verdadero se admite sin embargo la posibilidad del error y de la posible verdad de la opinión contraria.
En la opinión, como afirmación débil, puesto que no hay evidencia plena,3 intervienen, por otro lado, factores no estrictamente cognoscitivos como es la influencia del "querer" o el "deseo", lo que solemos llamar voluntad, y factores culturales e ideológicos.
La distinción entre certeza y conocimiento es importante. Evita la confusión que se produce cuando las afirmaciones ideológicas o de creencias pretenden establecerse como certezas de conocimiento verdadero en el mismo plano y ámbitos cognoscitivos propios de la ciencia. La certeza respecto a una verdad no basada en el conocimiento (creencias basadas en la tradición, en la religión, ideologías etc.), debe considerarse como pertenecientes a otra esfera independiente del conocimiento y comprendida en un concepto diferente: la fe, la confianza, la seguridad en el reconocimiento social, etc.
A partir de tales creencias tenidas como verdades se deducen formalmente, como argumentos, consecuencias que se consideran verdades cognoscitivas indudables como explicaciones. En algunos casos tales explicaciones pueden ser "feroces".4
Las creencias como certezas no cognoscitivas tienen un valor importante en la vida humana, porque son un fundamento para la cohesión social; su utilidad social es producto de una "tradición" que se aprende por "culturación" y no son discutibles, ni están sometidas a método alguno de control crítico. Pero no pueden ser consideradas en el mismo plano y con el mismo contenido de verdad que las verdades de la ciencia, al estar éstas sometidas a criterios bien definidos y consensuados por la Comunidad científica.5