Tasa de mortalidad infantil en argentina 2016 , .
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Por séptimo año consecutivo se redujo en la Argentina la tasa de mortalidad infantil, al decrecer de 10,8 a 10,6 los decesos de bebés cada mil nacidos vivos. La baja se produjo entre 2013 y 2014, según surge de las últimas “Estadísticas vitales” publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación en febrero pasado.
En cambio, aumentó la tasa de mortalidad materna, que venía en descenso en los últimos cuatro años, y que ahora registró un incremento, al pasar de 3,2 a 3,7 en el mismo período.
Ambos indicadores se consideran clave para evaluar la situación sociosanitaria de una población, ya que reflejan tanto las condiciones de vida y desarrollo de una sociedad, como la eficiencia del sistema de salud a nivel preventivo y asistencial. Por esa razón están incluidos en los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas, que el país aún no alcanza.
La tasa de mortalidad infantil registra las muertes de niños menores de 12 meses ocurridas en un año, cada mil nacidos vivos en ese período.
La materna, mientras tanto, refleja el riesgo de morir de las mujeres durante la gestación, el nacimiento y el puerperio, hasta 42 días después del nacimiento. La tasa registra los fallecimientos por causas maternas en un año cada 10 mil nacidos vivos, y no incluye los fallecimientos por causas externas (accidentes o violencia de género).
Si se consideran los números absolutos, a pesar de la reducción de la tasa de mortalidad infantil, en 2014 murieron 28 bebés más que en 2013, ya que los fallecimientos pasaron de 8.174 a 8.202. Esto se explica por el aumento interanual de los nacimientos, que se incrementaron de 754.603 a 777.012.
Las muertes maternas, a su vez, fueron 45 más que el año anterior, al pasar de 245 a 290.
Para Ricardo Rizzi, director de la maestría en Salud Sexual y Reproductiva de la UNC, y ex titular de obstetricia en la Facultad de Ciencias Médicas, “en el país hubo en los últimos años una mejora de los indicadores vinculada con distintas acciones, como las mejoras en la vacunación y el programa de salud reproductiva, pero estos números muestran que eso se planchó”.
“Lo que pasa –advirtió– es que reducir las tasas de mortalidad infantil y materna requiere acciones permanentes y con la visión puesta en el futuro. Y apenas las acciones se detienen, se refleja en los indicadores”, dijo.
En cambio, aumentó la tasa de mortalidad materna, que venía en descenso en los últimos cuatro años, y que ahora registró un incremento, al pasar de 3,2 a 3,7 en el mismo período.
Ambos indicadores se consideran clave para evaluar la situación sociosanitaria de una población, ya que reflejan tanto las condiciones de vida y desarrollo de una sociedad, como la eficiencia del sistema de salud a nivel preventivo y asistencial. Por esa razón están incluidos en los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas, que el país aún no alcanza.
La tasa de mortalidad infantil registra las muertes de niños menores de 12 meses ocurridas en un año, cada mil nacidos vivos en ese período.
La materna, mientras tanto, refleja el riesgo de morir de las mujeres durante la gestación, el nacimiento y el puerperio, hasta 42 días después del nacimiento. La tasa registra los fallecimientos por causas maternas en un año cada 10 mil nacidos vivos, y no incluye los fallecimientos por causas externas (accidentes o violencia de género).
Si se consideran los números absolutos, a pesar de la reducción de la tasa de mortalidad infantil, en 2014 murieron 28 bebés más que en 2013, ya que los fallecimientos pasaron de 8.174 a 8.202. Esto se explica por el aumento interanual de los nacimientos, que se incrementaron de 754.603 a 777.012.
Las muertes maternas, a su vez, fueron 45 más que el año anterior, al pasar de 245 a 290.
Para Ricardo Rizzi, director de la maestría en Salud Sexual y Reproductiva de la UNC, y ex titular de obstetricia en la Facultad de Ciencias Médicas, “en el país hubo en los últimos años una mejora de los indicadores vinculada con distintas acciones, como las mejoras en la vacunación y el programa de salud reproductiva, pero estos números muestran que eso se planchó”.
“Lo que pasa –advirtió– es que reducir las tasas de mortalidad infantil y materna requiere acciones permanentes y con la visión puesta en el futuro. Y apenas las acciones se detienen, se refleja en los indicadores”, dijo.
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