Tan pronto como constituimos nuestra compañía para la venta de pescado
(proyecto piscicultor) en la región, contratamos algunas personas para establecer
un departamento de ventas, debido al volumen de pedidos. Algunos de estos
empleados eran buenos, mientras a otros no debimos haberlos contratado.
Teníamos problemas con David, por ejemplo, por quien yo estaba bastante
preocupado. Finalmente, discutí el caso con mis socios.
—¿Qué podemos hacer con David? —pregunté un día.
—Despedirlo —me contestaron los socios.
La idea, la verdad, no me gustó, pues nunca había despedido a nadie, e incluso
en ese caso tampoco lo había pensado. Pero para no tener que tomar la decisión
de despedirlo, lo envié a la capital durante un largo período, para que se
capacitara y conociera todo lo relacionado con las estrategias de venta de
pescado. A su regreso, se comportó magníficamente, impresionando a todos. Se
puso a trabajar y continuó complaciéndonos, hasta que un día, sin advertencia
alguna, entró en mi oficina y me dijo:
—Señor Díaz, estoy muy agradecido con todo lo que ha hecho la empresa por mí,
pero he tomado la decisión de renunciar. Vengo únicamente a informarlo.
No podía creer lo que oía: un competidor de la región le había ofrecido un salario
mucho mejor y aceptó trabajar para él. Debo admitir que quedé bastante
confundido, sobre todo porque David tenía tanta información de nosotros, que
podía usarla en nuestra contra si se marchaba, tal como finalmente lo hizo. Sin
embargo, acepté su decisión.
Meses más tarde, durante una exposición de proyectos piscicultores, lo encontré
en el puesto de exhibición de la empresa a la que se había vinculado. Pensé que
debería evitarlo, pero en cuanto me vio, se apresuró a saludarme y a charlar
conmigo, como si no tuviera nada de qué avergonzarse. Me presentó con
entusiasmo a sus jefes y colegas y me mostró un nuevo catálogo para la venta de
pescado, como si no hubiese habido una violación de la confianza entre nosotros.
Parecía que el hecho de que nos hubiera dejado llevándose toda nuestra
información sobre estrategias de producción y venta de pescado y los secretos de
nuestra empresa, no fuese nada malo.
Poco a poco me di cuenta de que esta clase de comportamientos son habituales.
Sin embargo, me prometí que algo semejante no nos volvería a ocurrir, y que en lo
sucesivo, tendría más cuidado con el personal que contratara.
HAMBURGUER FERNANDEZ, Álvaro Andrés El desafío de
la nueva cultura empresarial Pág. 40-41 (Adaptación)
Haz una descripción del comportamiento de David desde el punto de
Vista moral.(por favor es enserio nesecito la repuesta si no saben mejor no repondan asi nos evitamos problemas
Respuestas a la pregunta
Contestado por
1
Respuesta:
ufff yo elonquisi con tu pregunta acaso no prestaste atención en clase ash aveeerrr déjame ver sí creo que puedo resolverlo
Anatrochez77:
jaja ya no nesecito tu ayuda
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