Subrayá las ideas principales de cada párrafo.
Veamos qué papel jugó la curiosidad científica en Ignaz Semmelweiz (1818-1865), un médico húngaro cuya necesidad de
conocer la causa de los hechos le permitió solucionar un problema sanitario muy grave de su época.
El doctor Semmelweis trabajaba en la división de maternidad de un hospital de Viena. En ese lugar, una gran proporción de
mujeres que había dado a luz, contraía una fatal enfermedad: la fiebre postparto. Durante 1844, de un total de 3.157 madres,
260 murieron a causa de este mal; y durante 1846, sobre el mismo total, fueron 360 las mujeres fallecidas.
La comunidad científica de la época, totalmente perpleja ante este problema, consideraba que la fiebre se contraía por cambios
atmosféricos, cósmicos y ambientales; pero Semmelweis se preguntaba: “¿Cómo es posible que estos cambios puedan atacar
a las parturientas del hospital y no a aquellas mujeres que dan a luz en sus casas, o en la calle, donde se supone que deberían
estar expuestas a mayores riesgos?. Una epidemia no sería tan selectiva y atacaría a todas las mujeres por igual.
Tal vez existiría un factor no contemplado en la dieta, en el cuidado que se brinda a las pacientes, o a la posición que adoptan
en sus camas”.
Más tarde y luego de someter a prueba estas suposiciones, Semmelweis las descartó por completo, y pensó que la razón
podría ser de origen psicológico. Los sacerdotes que daban los últimos auxilios a los enfermos moribundos, lo hacían al son de
una campanilla; algunos médicos sostenían que ese sonido provocaba un terror debilitante en las mujeres y las tornaba más
propensas a contraer la enfermedad. Semmelweis decidió someter a prueba esta posibilidad: eliminó el sonido de la
campanilla pero la mortalidad no decreció.
Finalmente, en el año 1847, casi por casualidad, encontró una explicación a este problema...
Cuando Semmelweis menos lo esperaba, el azar cambió el destino de sus investigaciones. Un médico amigo se lastimó con el
bisturí mientras estaba realizando una autopsia; al cabo de pocos días éste mostró los mismos síntomas que las mujeres que
padecían la fiebre postparto. Frente a esta observación, Semmelweis afirmó: “la materia cadavérica que introdujo el bisturí
en la sangre es la causa de la infección”.
Al seguir investigando, descubrió algo increíble: los mismos médicos eran los portadores de la materia cadavérica que
enfermaba a sus pacientes. Efectivamente, luego de realizar una autopsia, estos revisaban a las madres, habiéndose lavado muy
superficialmente las manos. Una vez más, Semmelweis puso a prueba esta posibilidad: colocó carteles en las puertas de las salas
que decían: “PROHIBIDA LA ENTRADA A TODO DOCTOR QUE NO HAYA LAVADO SUS MANOS CON SOLUCIÓN
CLORADA”. Entonces, la mortalidad comenzó a decrecer. Y en el año 1848 descendió hasta un 1,2 %.
Respuestas a la pregunta
Contestado por
0
Respuesta:
que paj* amigueee, sorry but no sorry
Otras preguntas
Historia,
hace 2 meses
Historia,
hace 2 meses
Historia,
hace 2 meses
Religión,
hace 4 meses
Matemáticas,
hace 4 meses
Castellano,
hace 10 meses