Historia, pregunta formulada por 98David86, hace 1 mes

subraya ideas principales en cada párrafo

Francia era un país que estaba siendo sacudido por el cambio. La Revolución tenía cada vez más eco en las capas menos favorecidas de la sociedad francesa, cuya desigualdad era devastadora. Hordas de campesinos inconformes y con ansias furiosas de cambio atacaban violentamente las propiedades de la nobleza. En el verano de 1789, apenas unos meses antes de la Marcha de las mujeres, algunos nobles y miembros de la Iglesia, que para entonces eran miembros de la Asamblea Nacional, respondieron a las sublevaciones en una reunión muy emotiva que duró toda la noche. Era el 4 de agosto de 1789 y motivados más por el miedo a perder la vida que por la creencia genuina en la Revolución, algunos grupos de nobles pronunciaron elocuentes discursos a favor de la libertad: declararon su afinidad con los principios revolucionarios y juraron creer en la equidad. Se unieron a la Asamblea Nacional para abolir los privilegios feudales de los dos primeros Estados: para el amanecer del 5 de agosto, el Antiguo Régimen había muerto.

Tan solo tres semanas después, tuvo lugar otro de los actos revolucionarios más significativos y determinantes de este momento de la historia: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Inspirados una vez más por los filósofos ilustrados y reflejando una clara influencia de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Asamblea Nacional redactó un documento en el que se afirmaba que “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos.” De acuerdo con esta Declaración, los derechos fundamentales de los hombres son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Este documento no solo aseguraba desde este momento la igualdad, sino que garantizaría a los ciudadanos derechos tan importantes como la equidad en la administración de justicia, libertad de expresión y de culto, entre muchas nuevas reivindicaciones. A partir de entonces, la ley fue la expresión de la voluntad de la comunidad; nadie podría volver a ostentar un poder que no viniera otorgado por el pueblo mismo. La Revolución y sus principios se consumaron para hacerse realidad en la nueva forma de gobierno. La Declaración de los Derechos del Hombre tuvo y tiene una trascendencia inconmensurable para dar voz a los oprimidos, llenar de fuerza al constituyente primario y limitar autoritarismos absolutos e injustos. Esto cambiaría la vida política francesa y la del resto del mundo, que, inspirado por la Declaración, la adoptaría como parte de los principios que regirían muchos estados.
De conformidad con lo propuesto por la Declaración, los líderes revolucionarios adoptaron la frase “libertad, igualdad y fraternidad” como su lema, grito que se escuchó por toda Francia y luego por el mundo. Aunque inspiradoras y revolucionarias, el lema y la Declaración no aplicaban a todo el mundo. La escritora Olympe de Gauges publicó una declaración similar de derechos de las mujeres, pero sus ideas fueron rechazadas y posteriormente fue declarada enemiga de la Revolución y ejecutada.
Muchas de las reformas que emprendió la Asamblea Nacional se centraron en la Iglesia. Las tierras del clero fueron confiscadas y se decidió que todos los oficiales de la Iglesia debían ser elegidos y pagados como oficiales del Estado. Así, la Iglesia, hasta ese momento suprema y poderosa, perdió tanto sus tierras como su influencia e independencia política. La Asamblea adoptó decisiones radicales, motivada principalmente en consideraciones económicas: con la venta de las tierras de la Iglesia se pagó un alto porcentaje de las antiguas deudas de Francia. Esta decisión resultó una política inteligente, estaba de acuerdo con los principios más radicales de la Revolución y fue un gran desahogo financiero. No obstante, la mayoría del campesinado francés era católico devoto, y la idea de que la Iglesia pasara a ser parte del Estado les ofendió profundamente. Aún simpatizando con las ideas ilustradas, muchos campesinos se opusieron a las reformas de la Asamblea.

Mientras la Asamblea ponía en marchas sus reformas sobre la Iglesia, el rey Luis XVI y su familia se sintieron en peligro por ser abiertamente católicos. Intentaron huir a la Holanda austriaca. Justo cuando estaban a punto de cruzar la frontera, fueron interceptados por revolucionarios, arrestados y traídos de vuelta a París bajo estricta vigilancia. Este intento de escape del rey solo aumentó la desconfianza de sus enemigos y determinó su destino.
Las deliberaciones de la Asamblea Nacional para producir una nueva constitución duraron casi dos años, pero para 1791, los delegados habían logrado ponerse de acuerdo sobre grandes cambios políticos. El rey aceptó de mala gana esta nueva constitución que creaba una Monarquía Constitucional y le quitaba la mayoría de sus poderes como monarca absoluto; su autoridad ya no provenía de Dios si no que debía estar sujeta a las decisiones del pueblo.

Respuestas a la pregunta

Contestado por Julian0214
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Respuesta:

Francia era un país que estaba siendo sacudido por el cambio.

La Revolución tenía cada vez más eco en las capas menos favorecidas de la sociedad francesa.

algunos grupos de nobles pronunciaron elocuentes discursos a favor de la libertad: declararon su afinidad con los principios revolucionarios y juraron creer en la equidad.

Se unieron a la Asamblea Nacional para abolir los privilegios feudales de los dos primeros Estados.

los derechos fundamentales de los hombres son la libertad.

los líderes revolucionarios adoptaron la frase “libertad, igualdad y fraternidad” como su lema.

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