Sorprenderse con un pájaro que lleva comida al nido, ver la caída de un rio desde más tres metros de altura, o encontrar la colcha de retazos más grande del mundo adornando las montañas aledañas a un hermoso valle. Estas son algunas de las maravillas que puede encontrar mientras disfruta de una caminata.
Olvídese de todos los problemas, aléjese de ese sabor insípido que deja la ciudad, dele vía libre a la naturaleza para que se le meta por cada uno de sus poros y luego, por fin, respire el aire puro dando bocanadas amplias y profundas. De esta manera podrá comenzar ese descanso que justamente reclaman el cuerpo y el alma. Caminar es, en resumen, salir a descubrir que aún se está vivo y que, por suerte, la vida transcurre en un mundo pleno de hermosura.
Pero no piense que todo es paisaje y pajaritos cantando. Durante las caminatas se pondrá a prueba su resistencia física y su capacidad para fascinarse con los asuntos pequeños del mundo, porque son tantas las sorpresas que por momentos se sentirá caminando sobre la frontera que divide la realidad de la fantasía.
Las opciones son muchas, una complicada telaraña de caminos ancestrales y senderos demarcados desde tiempos inmemorables cruza nuestro país desde y hacia todos los puntos cardinales. Son tantos los caminos que nunca terminará de caminar.
Existen recorridos que no demasiados esfuerzos, sin muchas pendientes, en climas favorables y con desplazamientos cortos. Estos son los ideales para recibir una buena dosis de paz y tranquilidad. Pero es mejor que los tome con calma, porque a mitad de camino ya empezará a sentir ganas de dejar a un lado su ruidoso y agitado mundo citadino.
Contrarios a los senderos llanos y tranquilos, existen otros que inyectan adrenalina pura y aventura elevada a su máxima potencia, en climas adversos, con interminables jornadas y características que demandan tanto esfuerzo físico que llegara a preguntarse si el medio ambiente está con usted o en su contra.
Valles, montañas, picos rocosos, pasos angostos, ríos, lagunas, paramos donde el frailejón es el habitante ancestral. Rodeado de tanta naturaleza vivirá días interminables como un tren y noches llenas de misterio. El nivel de exigencia será tanto que con cada paso que dé, aprenderá a valorar su almohada y la comida de casa.
Con un país tan favorecido por la naturaleza como Colombia se hace imposible evitar devorárselo completamente pero paso a paso, sin importar el calor, el frio, la roca o la nieve, el cansancio o el miedo que pueda llegar a sentir.
Al final del recorrido podrá tomarse unos minutos para meditar. Luego entenderá que la naturaleza, al igual que
1. Según la lectura anota cuatro diferencias que se presentan entre caminar por el campo y caminar por la ciudad:
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Respuesta:
En el campo:
*se desaparece el estrés totalmente
*disfrutar de un aire puro
*conocer bellos paisajes
*sentirse vivo
*escuchar sonidos agradables
En la ciudad:
*hay demasiado estrés
*ruidos desagradables
*un aire pesado
*poca libertad para caminar
Explicación:
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