son algunas ciudades que han puesto en marcha el proyecto de convertirse en ciudades ecológicas
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El mundo tardó cientos de años en construir el espacio urbano actual de 400.000 kilómetros cuadrados de ciudades.
Se tardará sólo 30 años en construir la misma cantidad de espacio urbano en los países en desarrollo, según nuevas proyecciones de urbanización.
Eco² se basa en casos reales
Curitiba, Brasil, absorbió de manera sostenible un aumento de la población que fue de 361.000 (en 1960) a 1.797.000 (en 2007), mediante medidas innovadoras en el planeamiento urbano y del transporte y en la administración de la ciudad. Curitiba tiene la tasa más alta de usuarios del transporte público de Brasil (45%), las pérdidas económicas más bajas relacionadas con la congestión del tránsito y también goza de los porcentajes más bajos de contaminación del aire. Aunque conserva la densidad y la vitalidad urbanas, Curitiba invirtió en grandes parques como patrimonio ecológico para la recreación y prevención de inundaciones. La recolección de residuos y los programas de reciclado permiten a los pobres intercambiar los residuos recolectados por cupones de transporte y alimentos.
Estocolmo, Suecia, demostró que la planificación y administración integradas y en colaboración pueden transformar una antigua zona urbanizada industrial en un distrito atractivo y sostenible en materia ecológica. Los planes ambientales y de infraestructura centrales fueron desarrollados en conjunto por tres organismos urbanos que supervisaban el agua, la energía y los residuos. El objetivo era crear un sistema cíclico que optimizara el uso de recursos y minimizara los desechos. Por ejemplo, el biogás se produce en la planta de aguas residuales a partir de la digestión de desperdicio orgánico y lodo y se utiliza como combustible en automóviles y autobuses ecológicos. Algunos resultados iniciales fueron un 30% de reducción en el uso de energía no renovable, un 41% de disminución en la utilización de agua y un 29% de descenso del potencial de calentamiento global.
Yokohama, la segunda ciudad más grande de Japón, demostró que un enfoque integrado de la gestión de desechos junto con la cooperación de las partes interesadas, en particular los ciudadanos, puede reducir el desecho sólido en un 38.7% durante un período en el que la población aumentó en 170.000. La ciudad se ocupó de la educación ambiental y de las actividades de promoción para aumentar la concientización pública y solicitar medidas de colaboración. La reducción de residuos resultante permitió a Yokohama que dejaran de funcionar dos incineradores, lo que permitió a la ciudad ahorrar US$1.100 millones, como así también US$6 millones en costos anuales de operación y mantenimiento.