Somos dóciles al espíritu santo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Si nos dejamos guiar por ese principio de vida presente en nosotros, que es el Espíritu Santo, nuestra vitalidad espiritual irá creciendo y nos abandonaremos en las manos de nuestro Padre Dios, con la misma espontaneidad y confianza con que un niño se arroja en los brazos de su padre. Si no os hacéis semejantes a los niños, no entraréis en el reino de los cielos, ha dicho el Señor. Viejo camino interior de infancia, siempre actual, que no es blandenguería, ni falta de sazón humana: es madurez sobrenatural, que nos hace profundizar en las maravillas del amor divino, reconocer nuestra pequeñez e identificar plenamente nuestra voluntad con la de Dios.
Respuesta:
Sí, y si no deberíamos serlo y vivir en el Espíritu, que “procede del Padre y de su Hijo Jesús” quiere decir
vivir una vida nueva que mana de la Pascua de Jesús; quiere decir también
vivir “no según la carne, sino conforme al Espíritu”; quiere decir haber
nacido de nuevo del agua y del Espíritu en el Bautismo. Pero es decisivo
entender bien que esta novedad de vida no es una metáfora: nuestra
vida de cristianos rompe moldes, es del todo desacostumbrada e inaudita.
Aunque vivimos en el mundo nosotros no somos del mundo. Aunque valoramos mucho nuestra vida sabemos que la vida es para darla.
Explicación:
espero haberte ayudado:')