SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y LA CIUDADANÍA
El ciudadano no es solo sujeto de derechos, sino también de obligaciones. No solo hay que garantizarle la libertad, con todos los condicionamientos que el derecho a la libertad supone, sino que el individuo, en la medida en que se considera ciudadano de una democracia, tiene la obligación de cooperar con la sociedad […]. Conviene insistir en que el ciudadano es un sujeto de deberes, ya que uno de los déficits de las democracias actuales es, precisamente, la escasa participación ciudadana, la falta de compromiso con su ciudad o con la sociedad en su conjunto […] Votar periódicamente y pagar los impuestos son las únicas obligaciones que el ciudadano reconoce, y aun así demasiado entusiasmo. La abstención de las urnas aumenta en cada contienda electoral, y pocos pagarían impuestos si no los estuvieran vigilando. El sentimiento de ciudadanía es casi inexistente a tales propósitos. No lo es en cambio, cuando se trata de reivindicar derechos: todo el mundo sabe que los tiene y duda poco en moverse para reclamarlos cuando le son negados. Tomado de Camps Victoria. Sociedad de la información y ciudadanía. Conferencia en la Universidad Autónoma de Barcelona, 2003
2. Teniendo en cuenta la lectura anterior podemos afirmar que:
A. Los ciudadanos tienen derechos y deberes
B. Las personas tienen mucha participación
C. Los ciudadanos solo tiene deberes
D. Los seres humanos somos democráticos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y CIUDADANÍA
Victoria Camps
Universidad Autónoma de Barcelona
Características de la sociedad de la información
Hemos convenido en llamar a la sociedad actual “sociedad de la
información” debido al extraordinario desarrollo de las nuevas tecnologías de
la comunicación: teléfono, radio, televisión, internet. Característica de tal
sociedad –ha dicho el teórico internacionalmente conocido Manuel Castells
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es que “el instrumento fundamental no es el mercado sino la red”. Los
sistemas de la época industrial han sido sustituídos por otros que determinan
una nueva organización de la sociedad, ya no sólo a nivel nacional sino
mundial. La sociedad en red afecta a todos los ámbitos de la vida humana: la
comunicación, la enseñanza, el trabajo, las formas de ocio, las relaciones
interpersonales.
No voy a detenerme aquí en detallar todos estos cambios que implican
maneras nuevas y diferentes de enseñar y aprender, de establecer relaciones
laborales, de divertirse y de relacionarse con los demás. Todos sabemos en
qué consisten esos cambios puesto que los hemos vivido y seguimos
viviéndolos cada día, al ritmo de las innovaciones tecnológicas. Sí quiero
precisar que no se trata sólo de una serie de cambios instrumentales: nuevas
maneras o nuevos instrumentos de comunicarnos. Se trata también de
cambios cualitativos, de nuevos estilos de vida, nuevas formas de acceder al
conocimiento, reestructuración de nuestras escalas de valores. Por ello
conviene que nos preguntemos: ¿significan tales cambios una vida de mayor
calidad? ¿Vivimos mejor, somos más sabios, nos cuesta menos relacionarnos
los unos con los otros, estamos menos solos?
Para no dispersarme en exceso, voy a concretar la pregunta en dos
cuestiones básicas para la ética: a) Somos más libres y autónomos;Explicación: