sistemas involucrados de las cosquillas
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
sistema respiratorio, mas se involucra en esa acción el cerebro tambien.
Explicación:
Hay personas incapaces de recibir un roce sin morirse de la risa, sobre todo si este es en ciertas partes del cuerpo, como el cuello, la planta de los pies, las axilas y, aunque cueste creerlo, hasta los labios.
Cualquier anatomista explicaría el fenómeno con el argumento de que estas zonas, ricas en terminaciones nerviosas, son hipersensibles, y punto.
Eso, sin embargo, no alcanza para entender por qué se produce la risa incontenible o cuál es la razón por la que uno mismo no puede hacerse cosquillas.
Podemos decir, para empezar, que todo el mundo sabe qué tan cosquilloso es, pero muy pocos tienen idea de qué reacciones se producen en el cuerpo, cuando, por ejemplo, alguien nos pone un dedo en la axila.
Empecemos por decir que se trata de un reflejo del sistema nervioso y que es tan primitivo como la risa misma; de hecho, hasta los bebés más pequeños reaccionan (incluso se ríen) ante un estímulo de este tipo.
Es lógico que la gente se pregunte para qué sirve este reflejo. Algunos neurofisiólogos sostienen que se trata de pequeñas sorpresas placenteras para el cerebro, que forman parte del mecanismo de aprendizaje que permitiría identificar cuándo un estímulo externo se convierte en una amenaza.
Los psicólogos van más allá, y aseguran que se trata de una forma evolucionada del sistema nervioso, que permite fortalecer los vínculos familiares; de hecho, instintivamente los papás estimulan así a sus niños recién nacidos, para que aprendan a no temerles.
Otras corrientes organicistas dicen que las cosquillas no son realmente tan evolucionadas, si se tiene en cuenta que la mayoría de los mamíferos las experimentan; incluso los cachorros de especies muy agresivas, como los felinos salvajes, pasan buena parte del tiempo haciéndose cosquillas mutuamente. Esta no es solo una forma de jugar, sino de anticipar la lucha.
Vale decir que aunque este estímulo produce risas incontrolables, al comienzo son placenteras y al prolongarse se tornan desagradables. Tan paradójico es el asunto, que se sabe que en la Edad Media eran usadas como una forma de castigo leve contra miembros de la realeza o personajes importantes, porque no dejaba marcas en el cuerpo; claro, los romanos fueron más allá y las convirtieron en un auténtico método de tortura.