SI TUVIERAS QUE SOLUCIONAR UN PROBLEMA DE TU LOCALIDAD O DE LA ESCUELA EN LA QUE ESTUDIAS, ¿CÓMO REALIZARÍAS LA CAMPAÑA?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Que no tuvieran respeto los alumno y la canpaña sería una clase de respeto
Explicación:
Denada
Explicación:
El presente trabajo indaga en un interrogante ya clásico en Sociología de la Educación:
qué se enseña y se aprende realmente en la escuela. Y lo hacemos a través de las
experiencias que la escuela proporciona en un caso concreto. La cuestión es que puede dar la impresión de que se está exponiendo el día a día de las
aulas (la totalidad), cuando en realidad se está exponiendo una parte, un tipo de tareas
de la clase.
El punto de partida del presente estudio es bien distinto. Las maneras cómo se construye
y experiencia la vida en las escuelas generan formas típicas de actuación diferenciadas.
Estas formas típicas de actuación configuran prácticas o experiencias escolares que
comportan diferentes tipos de interacciones, diferentes tipos de requerimientos
disposicionales, cognitivos y de participación. Implican, pues, diferentes maneras de
concebir el conocimiento escolar, diferentes maneras de concebir el trabajo de maestros
y alumnos, y albergan concepciones diferentes sobre los fines y valores educativos. En
definitiva, esas formas típicas de actuación diferenciadas configuran diferentes
concepciones sobre la escuela.
Una preponderancia de los contextos prácticos concedería un papel más activo a los
alumnos y alumnas. Se consideraría que no sólo hay objetivos de la enseñanza y de
los maestros, estarían presentes también intereses, motivaciones y realidades
concretas de los estudiantes. Y los niños y las niñas interpretarían, concederían
significado a lo que el maestro les cuenta en función de lo que ya conocen. La
comunicación en el aula no serían sólo comunicados, sino que se pediría al
estudiante que ampliara la respuesta con sus experiencias. La comunicación en el
aula serviría para construir significados. Contaría la experiencia del alumno y
contaría el alumno en su integridad (tanto el desarrollo cognitivo como la formación
del núcleo básico de la personalidad serían importantes). Si los estudiosos observan
el eclipse de la familia ante sus funciones socializadoras que incide en una falta de
socialización normativa cuando los niños llegan a la escuela, si exponen acerca de
la destrucción de los marcos tradicionales de referencia en cuanto a las identidades,
aparecería como evidente que la preocupación de la escuela por la educación
integral puediera ser necesaria y bienvenida.
- Una preponderancia de los contextos escolares crítico-dialógicos en nuestras
escuelas representaría, no sólo una concepción más activa e integral de los
estudiantes, también más social. No sólo se trataría de recurrir a las propias
experiencias y recursos culturales para “coconstruir” conocimiento en el proceso de enseñanza y aprendizaje, también para permitir poner en evidencia las
contradicciones y distorsiones que generan injusticia e impiden una sociedad más
igualitaria. Esto implicaría que se podría explorar en el aula y en la escuela unas
relaciones más democráticas e intentar hacerlo extensivo a la comunidad de la cual
la escuela forma parte.