Filosofía, pregunta formulada por geraldinandreauribe, hace 1 mes

si partimos de la idea de que el pensamiento ilustrado ha sido el pensamiento de la modernidad occidental. Entonces, ¿la Primera y la Segunda Guerra Mundial son fracasos del proyecto de la Ilustración o es una consecuencia lógica del mismo? Justifique su respuesta.


geraldinandreauribe: Alguien que porfa lo arguemente bien

Respuestas a la pregunta

Contestado por hackerdaniel12345678
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Contestado por Matbot
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o indaga en la postura del filósofo pragmatista John Dewey (1859-1952) respecto al papel de la verdad y de la razón pública durante la Primera Guerra Mundial. Me valdré para este propósito de algunos escritos de Dewey aparecidos en la revista New Republic durante los años 1917 y 1918.

2Como sabemos, los gobiernos y, en general, el sistema político, han utilizado con frecuencia las guerras modernas para generar beneficios directos o indirectos a distintos sectores financieros o productivos, incluyendo firmas de inversión y empresas de armamento, pero también, a la manera clásica, para ampliar su influencia sobre otros territorios, unir a los ciudadanos en torno al gobierno o desacreditar a los disidentes. Ni en Europa ni en América fue la Primera Guerra Mundial una excepción.

3 El periodo que nos interesa comienza en abril de 1917. Es el mes en que Estados Unidos entra en la entonces llamada Gran Guerra, y también cuando Dewey, neutralista hasta ese momento, decide apoyar la intervención. A partir de esa fecha, Dewey se enfrenta a la estrategia adoptada por la propaganda oficial de su país para engañar a su propia gente sobre la maldad diabólica del enemigo y la necesidad de humillarlo o aniquilarlo. El tema no carece de interés porque Dewey, al denunciar la falsedad de los mensajes públicos, lo hacía contra el gobierno que había votado y promovido, el demócrata, y contra el presidente de quien era entonces casi incondicional adepto, Woodrow Wilson. El ejercicio crítico de Dewey adquiere mayor valor al juzgar el contenido de la propaganda oficial durante una guerra que él, como otros intelectuales progresistas, había terminado por apoyar.

1  He tratado este tema en Catalán, Miguel, « La libertad de opinión en tiempos de guerra », Comunica (...)

4 Como haría después, en el curso de la Segunda Guerra Mundial respecto a la libertad de expresión1, Dewey sostiene que el principio moral de veracidad debe aplicarse en un país democrático también en periodo bélico (no alude, lógicamente, a los mensajes ad extra, dirigidos a confundir a la audiencia enemiga, sino a los dirigidos ad intra,al propio pueblo). La razón pública, escribe Dewey, no pierde su fuerza en épocas de turbulencias, como sostenían los críticos antiliberales al otro lado del Atlántico.

2  Dewey, John, « What America will fight for » , p. 271, en O. C., MW, 10, pp. 271-275.

5Dewey señala ya en su artículo de agosto de 1917 « What America will fight for » que en Estados Unidos ciertas presiones uniformadoras pretendían ocultar la verdad de los hechos para acabar con la discusión pública dentro del país, lo cual podría acarrear consecuencias negativas después de la guerra. Reprueba el hecho de que, a diferencia de los tiempos de Bentham y Mill, la psicología práctica de la política en el país durante aquellos días consistía, sobre todo, en las técnicas de manipulación de masas con fines poco claros2. Respecto a las secuelas de esta tendencia, Dewey advierte que « el líder político olvida siempre, sin embargo, que el estado de la imaginación e interés público se ha puesto en marcha, y que llegará un tiempo en que el efecto acumulativo de cambios pequeños sea tan grande que ya no pueda manejarse a la gente en el sentido contrario ». Este pasaje presenta una cualidad cuasiprofética sobre los acontecimientos del año siguiente, al terminar la guerra y sentarse los vencedores a discutir las condiciones impuestas a los perdedores durante la Conferencia de Paz de París. Al hablar de manipulación de masas y de imaginación popular que uno puede despertar a voluntad, pero ya no aquietar después, Dewey apunta a la propaganda de guerra que está inundando el país desde que Wilson decidió involucrar a Estados Unidos en el conflicto.

3  Cywar, Alan, « John Dewey in World War I: Patriotism and International Progressivism », p. 579, en (...)

4  Axelrod, Alan, Selling the Great War: The making of American propaganda, Nueva York, Macmillan, 20 (...)

6 Alan Cywar ha llamado la atención sobre el crescendo de patriotismo que, después de asomar tímidamente en 1914, al principio de la guerra, experimentó una asombrosa aceleración justo a partir de abril de 19173. Alan Axelrod también confiesa la sorpresa que le supuso averiguar en el curso de sus estudios sobre la propaganda bélica « cuántos estadounidenses determinados a sortear la guerra se convirtieron prácticamente de la noche a la mañana en fervientes defensores de la participación en una guerra extranjera con argumentos tan genéricos como el futuro de la democracia y la futura eliminación del conflicto armado »4. Axelrod se refiere a los argumentos de Wilson en virtud de los cuales Estados Unidos iba a entrar en la contienda porque aquella sería la guerra para terminar con todas las guerras (war to end all wars) y porque ganarla supondría conseguir un mundo seguro para la democracia (the world safe for democracy).

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