SI LO HACEN DOY CORONA!!!
Forma un análisis sobre el tema de la iglesia catolica en la dictadura en chile
SI LO HACEN DOY CORONA!!!!!
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La Iglesia Católica -tanto la Iglesia en general, como también la Iglesia chilena- es desde muchos puntos de vista un actor político sui generis. A diferencia de otros actores no se legitima socialmente, funcionalmente o democráticamente, sino religiosamente (4). Su tarea y misión es anunciar el Evangelio del Reino de Dios. El servicio al hombre se orienta más que nada a la salvación escatológica del alma. Pero el hombre visto por la antropología cristiana es una unidad inseparable de alma y cuerpo. De allí que la salvación escatológica y el bien físico intramundano tampoco son separables. La Iglesia quiere servir a todo el hombre y por eso participa en el proceso político. De estos fundamentos teológicos del compromiso político de la Iglesia resulta que ella quiere, en primer lugar, lograr fines trascendentes. Paralelamente la Iglesia como organización, persigue metas muy concretas e immanentes: autoconservación, asegurar su posición dentro de la sociedad, proteger sus instituciones y sus bienes, la integridad física de sus miembros y funcionarios, mantener abiertos sus canales de influencia etc. Resulta obvio que la Iglesia se involucrará en los procesos políticos si se siente amenazada o si la realización de sus metas trascendentes o immanentes está en peligro.
La Iglesia posee diversos canales de influencia en el ámbito político y social para defender sus intereses. Estos medios incluyen apelaciones a los gobernantes y a la opinión pública en forma de declaraciones y cartas pastorales. Otros medios son las acciones concretas y las relaciones de influencia de determinados funcionarios eclesiásticos. Como último medio está la posibilidad de la excomunión. Otro instrumento de peso son los medios de comunicación eclesiásticos, los cuales bajo condiciones de censura no sufren una restricción tan extrema como los demás. A través de la difusión de informaciones sobre el país a nivel nacional e internacional por sus propios medios de comunicación, la Iglesia puede ejercer presión sobre el gobierno autoritario. Dadas las condiciones, la Iglesia puede contribuir a la movilización o desmovilización de la población. Por ser la Iglesia una institución bien definida en cuanto a sus recursos personales, materiales y de organización, puede jugar un rol central si la sociedad civil está desarticulada e inactiva (5).
Ahora bien, la pregunta que se presenta es ¿cuál es el alcance político de estos canales de influencia? El olitólogo Hans-Joachim Lauth en su investigación sobre los sindicatos mexicanos expone el concepto bargaining power (poder de negociación) y distingue en él componentes políticos y económicos (6). En cuanto al aspecto económico, este concepto se refiere al potencial de influencia sobre los diferentes sectores del mercado. En el caso de la Iglesia chilena se puede constatar que este poder es de poca importancia. Aparte de los pocos empleados con los que la Iglesia cuenta, esta no juega un rol importante como empleador, inversionista o consumidor.
En cuanto al aspecto político entiende Lauth aquel poder de negociación que se basa en sus propios recursos y contribuye a asegurar el funcionamiento del proceso político (7). Entre los recursos propios de la Iglesia destaca especialmente su estructura estable, eficaz y casi 'invulnerable'. Tiene a su alcance varios medios de comunicación y canales seguros de información. Ella puede apoyarse en muchos militantes comprometidos y hasta cierto punto en sus miembros creyentes. Tampoco el peso social de la jeraquía y las élites religiosas debe dejarse de lado. En cuanto a recursos materiales, la Iglesia puede movilizar fuentes de financiamiento dentro y fuera del país.
¿Pero cuáles son las funciones que brinda la Iglesia al sistema político? Aparte de su labor en el sector educativo y social, su función puede ser la de legitimar o deslegitimar el sistema político. A través de su influencia en la opinión pública, la Iglesia tiene un gran impacto en la aceptación que la población tiene de las políticas gubernamentales. En un caso como el chileno esta función legitimadora tiene un peso especial, porque el régimen muy a menudo intentó legitimarse a través de valores cristianos. Además del hecho de que muchos militares de la dictadura eran católicos (8). A este respecto, se puede afirmar que la Iglesia posee además una suerte de poder moral de negociación. A través de sus declaraciones la Iglesia presenta criterios para evaluar la política del gobierno. De esta manera intenta influir en el proceso político según sus propios intereses.
Explicación:
coronita please
Respuesta:
La Iglesia chilena desde 1973 a 1993: De buenossamaritanos, antiguos contrahentes y nuevos aliados. Un análisis politológico
Veit Strassner, M.A.
Universidad Johannes Gutenberg,
Mainz/Alemania
RESUMEN
El artículo analiza desde un punto de vista politológico el rol de la Iglesia católica chilena en los procesos políticos de los años 1973 a 1993. En un primer paso propone un marco analítico para el estudio de la Iglesia como actor político, poniendo énfasis tanto en el carácter de actor sui generis de la Iglesia como en el contexto sociopolítico donde se desarrolla la acción de la Iglesia.
En el segundo paso el artículo muestra el desarrollo paulatino y continuado de la oposición de la Iglesia a la dictadura: Desde la precaución de los comienzos hasta la ayuda sintomática a las víctimas, que fue acompañada por la denuncia de los abusos, la propuesta de alternativas al sistema y la mediación política activa. Así, la Iglesia se convirtió en uno de los actores políticos centrales de la redemocratización. Una vez recuperadas las condiciones democráticas, la Iglesia hizo nuevas alianzas con fuerzas reaccionarias y no democráticas para ver representados sus intereses en determinados campos de la política.
Explicación:
La parábola del Buen Samaritano define en términos sumamente concretos cuál debe ser la misión de la Iglesia en América Latina. La misión de la Iglesia significa siempre un servicio a los hombres, especialmente a hombres como el de la parábola: caídos y medio muertos (cfr. Lc. 10, 30). [...] Y la Iglesia encuentra el sentido de su existencia en ser la prolongación de este servicio de Jesús a todos los hombres, particularmente a los humillados y ofendidos de nuestra historia" (1).
La Iglesia Católica chilena en su compromiso por los derechos humanos durante el tiempo de la dictadura militar estuvo muy cerca del ideal que Leonardo Boff ilustra en esta cita. Su compromiso por los derechos humanos, la justicia social y la democracia juega un rol precursor en la Iglesia del continente latinoamericano. Este artículo pretende analizar el papel que tuvo la Iglesia Católica en el proceso político desde 1973 hasta 1993. No busca hacerlo desde la perspectiva de la teología o de la historia de la Iglesia, sino más bien haciendo uso de las herramientas que ofrece la ciencia política y la investigación empírica de procesos de transformación de sistemas políticos. El interés central es el de las posiciones y acciones políticas tomadas por la
Iglesia Católica, sus orígenes y estrategias, y finalmente los efectos que ha tenido. La primera parte (párrafo 2.) presenta algunos conceptos de la teoría política sobre la transición de sistemas autoritarios a la democracia. Estas herramientas sirven en la segunda parte (párrafos 3. a 5.) para analizar las posiciones y acciones políticas de la Iglesia Católica chilena. mi corona plis