Si la corteza cerebral es el centro de las inteligencias humanas, de la afectividad, el lenguaje, de la imaginación, razonamiento y aprendizaje, ¿Qué estás dispuesto a hacer para lograr su máximo rendimiento?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
¿Dónde reside la inteligencia? Esta es, sin duda, la pregunta del millón. A lo largo de la historia de la humanidad infinidad de investigadores han tratado de dar respuesta a esta incógnita sin, lamentablemente, demasiado éxito. Tampoco se ha encontrado una respuesta satisfactoria a lo que origina que una persona sea más inteligente que otra. Algunos científicos pensaban que el tamaño de ciertas áreas del cerebro (incluso el de dicho órgano) era la solución a la ecuación; otros, sin embargo, creían que la clave radicaba en el número de neuronas. Y así hasta el infinito.
A día de hoy, parece que está claro que ni una cosa ni la otra, en esencia, explicarían el origen de la inteligencia del ser humano. Durante mucho tiempo se intentó categorizar: ‘tener más neuronas es mejor’, ‘tener más conexiones es mejor’... Pero, posteriormente, se ha demostrado, por ejemplo, que el cerebro de Einstein, al menos lo poco que se sabe de él, no tenía más neuronas que los demás.
Explicación: