si comparamos a Justiniano con los gobernantes de ahora Qué cosas deberían hacer para ganarse el respeto del pueblo ??
Respuestas a la pregunta
Respuesta: A lo largo de la historia no han sido raros los casos en los que, ya sea de forma consciente o no, se ha tratado de emular la gloria pasada del Imperio Romano. La lista de ejemplos es larga, y nos lleva desde la expansión de los francos bajo el gobierno de Carlomagno hasta la búsqueda del «espacio vital» para los alemanes, o lebensraum, dirigida por Hitler no hace demasiado. Entre estos nombres se encuentra también el del emperador Justiniano I (483-565), quien fue quizá el gobernante más destacado del Imperio Bizantino. Su tiempo en el trono estuvo marcado por una serie de decisiones que trajeron consigo la etapa de mayor esplendor en la historia de Bizancio. Entre estas se encuentra, entre otras, la recopilación de todo el derecho romano en el «Corpus Iuris Civilis». Pero también sus guerras y afán de conquista, que le llevó a enfrentarse a los vándalos en África, a los ostrogodos en la Península Itálica y a los visigodos en la vieja Hispania.
Todo con un objetivo: que el Imperio de Oriente recuperase la gloria pretérita de Roma; desaparecida para siempre tras la caída de Occidente.
Llegada al trono
Cuando Justiniano accede al trono ni siquiera habían pasado 100 años desde que Rómulo Augustulo, el último emperador de Occidente, había sido depuesto por el hérulo Odoacro. Su familia había llegado al trono «de rebote», ya que su tío Justino, que fue el primero de su familia en acceder al poder, servía como general de Anastasio I, quien falleció sin heredero en el año 518. Lo cierto es que Justiniano, que desde joven mostró señales de habilidad e inteligencia, se convirtió rápidamente en la muleta de su tío. Acabó gobernando de forma efectiva sobre el imperio desde el año 527, aunque había sido coronado anteriormente.
Una de las principales claves del éxito de Justiniano residía en su capacidad para rodearse de grandes talentos en cada campo. Desde su mujer, Teodora, hasta sus juristas de cabecera, entre los que se encontraba Triboniano, pasando por dos de los generales más competentes entre los que hubo en la Alta Edad Media: Belisario y Narsés. Estos dos militares fueron, precisamente, los puntales de la expansión de Bizancio por Occidente. Algo que no habría sido posible sin la buena situación económica en la que se encontraba el imperio desde tiempos de Anastasio.
Respecto a la capacidad de sus mandos militares, esta ya había quedado demostrada en el año 530 durante la campaña contra Persia. El buen hacer de Belisario en el campo de batalla, que por entonces tenía poco más de 20 años, acabó forzando la paz con el que era el enemigo natural de Bizancio. Sin embargo, una vez con las manos libres en Oriente, Justiniano se dio cuenta de que para llevar a cabo su ambicioso plan, y a pesar de la buena situación económica, era necesario subir los impuestos.
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