¿será que avanzamos hacia un nuevo modelo de religión y de religiones? ¿O avanzamos, quizás, hacia una nueva vivencia de la espiritualidad y de las espiritualidades?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Por lo general, espiritualidad significa tener convicciones; poseer valores y buenos
comportamientos. Algunas veces, también significa tener un gran sentido humano de
cercanía y de acogida; de meditación, y contar con ciertas experiencias místicas. Por su
parte, religión significa, por lo general, creer en un ser superior; aceptar la trascendencia;
acoger doctrinas, ideas y enseñanzas, así como instituciones, jerarquías, ritos y
celebraciones. A su vez, está vinculada a la salvación, y quien profesa una religión,
normalmente, participa en catequesis y actos cultuales.
A veces, las religiones olvidan la espiritualidad al centrarse en las doctrinas, en los grandes
edificios teológicos y en las organizaciones y estructuras. Y, a veces, las espiritualidades
olvidan la presencia y la acción de Dios en el hombre, el servicio a los más débiles y la
construcción de la comunidad y de la fraternidad. Sin embargo, creo que debemos verlas
integralmente, a partir de las cualidades interiores del ser humano, es decir, en relación con
la capacidad de amar, de perdonar, de incluir, de comunicarse y de dialogar. Porque la
espiritualidad y la religión también están vinculadas a acercarse y vivir la compasión, la
búsqueda de la paz y la felicidad.
Si nos concentramos en una espiritualidad para este cambio de época y para estos
momentos en los cuales lo que vale es lo exterior, la espiritualidad debe ser transformadora;
debe llevarnos a que cada uno de nosotros siembre esperanza, consuele a los afligidos,
escuche a los que están solos y abrace lo doloroso de la vida. Si estas actitudes no
transforman, en definitiva, no seremos hombres y mujeres espirituales para el mundo de hoy.
Explicación:
ESPERO SIRVA