Señalar las diferencias entre el pensamiento del grupo porteño (centralista) y el grupo del interior (federal)
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Respuesta:La oposición binaria federalismo versus unitarismo es confusa y excesivamente simplista. Inicialmente el unitarismo fue preconizado por los intelectuales que buscaban la unidad del extenso territorio denominado Cono Sur. Tal unidad era imprescindible para mantener sinérgicamente la lucha contra los realistas hasta aproximadamente fechas tan tardías como 1825; este primer unitarismo estaba inspirado por personalidades como las de Mariano Moreno; sin embargo esa prístina etapa del unitarismo fue aprovechada por las élites para intentar imponer un gobierno centralista que mantuviera subordinadas a las provincias (tal segundo unitarismo es el unitarismo más conocido: el unitarismo, ya degenerado en centralismo, de Carlos de Alvear, Bernardino Rivadavia, Obes y Bartolomé Mitre).
El federalismo surge también confuso: en 1811 Cornelio Saavedra con el fin de quitarle el poder a los morenistas llama a un congreso (la Junta Grande) en el cual participan representantes de las provincias del Interior, sin embargo durante la Junta Grande no llega a sancionarse un estado federal; es recién con el oriental José Gervasio Artigas, cuando este hace públicas las Instrucciones del Año XIII (oponiéndose al segundo unitarismo: el centralismo) para los diputados que debían presentarse en la Asamblea del Año XIII de las Provincias Unidas del Río de la Plata que abiertamente se declara la necesidad de seguir un Sistema Federal de gobierno (inspirado en el de los Estados Unidos); los integrantes del llamado Directorio establecidos en Buenos Aires y suplantando a los primeros unitarios patriotas tomaron (en tiempos de la hegemonía de Alvear y Rivadavia) la bandera del unitarismo para luchar contra el supuesto (según los unitarios de segunda generación o, centralistas) "anarquismo" de "caudillos" como José Gervasio Artigas.
El federalismo era concebido como una forma de organización basada en la asociación voluntaria de las provincias que delegaban algunas de sus atribuciones para constituir el poder central, pero conservaban su autonomía.
Si bien el grupo federal estaba integrado por diversos sectores, la mayoría lo constituían caudillos, pero también intelectuales que se inspiraban en la constitución de los Estados Unidos de América, además de gente de las provincias que se oponían al dominio absolutista porteño (es decir de las élites instaladas en la ciudad de Buenos Aires), y algunos a que la citada Ciudad de Buenos Aires fuese capital de todo el extenso país. Los federales defendían las autonomías provinciales: cada provincia debía tener su propio gobierno, constitución, leyes y economía; sin embargo, reconocían la existencia de un gobierno nacional con poder limitado y encargado sólo de algunas cuestiones (por Ej. las relaciones exteriores del país).
En el aspecto económico existía una clara división entre el llamado Litoral argentino y el llamado Interior. El Litoral argentino buscaba el libre comercio y la libre navegación de los ríos interiores, oponiéndose al dominio de los mismos por el gobierno de Buenos Aires, mientras que el Interior proponía el proteccionismo económico de sus incipientes producciones económicas.
El caso de la provincia de Corrientes resulta atípico, ya que proponía la libre navegación, combinada con proteccionismo. Y sus gobiernos ideológicamente federales se aliaron repetidamente contra el de Buenos Aires con los jefes militares unitarios.
Bandera argentina usada en tiempos de la Liga Federal entre 1830 y 1850.
Bandera militar argentina usada por los regimientos federales.
Hacia 1824 el ideario federal también comienza a ser importante en Buenos Aires (en esa época no existía la separación jurisdiccional existente desde 1880 : Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires) sin embargo las ideas federales tomaron fuerza entre el gauchaje del campo bonaerense, y la gente más humilde de la —en esa época— bastante pequeña ciudad de Buenos Aires, quien representó en primer lugar a ese "federalismo porteño" fue Manuel Dorrego el cual sería derrocado en la primera revolución armada del Ejército Nacional, contra un gobierno legítimamente constituido. La revuelta, encabezada por militares, pero respalda por notables defensores de los ideales unitarios; termina trágicamente para la historia nacional, con el fusilamiento del Gobernador de Buenos Aires a manos del Gral. Lavalle en los campos de la localidad de Navarro el 13 de diciembre de 1828.
La desaparición de Dorrego, fundador del Partido Federal porteño y bonaerense, hizo que asumiera la jefatura del federalismo porteño Juan Manuel de Rosas, quien hábilmente interpretó los deseos populares sabiéndolos aunar a los deseos de los estancieros proteccionistas. Esta síntesis permitió que el federalismo prácticamente fuera palabra equivalente a rosismo entre 1830 — 1852 y que casi todas las provincias del Interior y del Litoral coincidieran con tal idea de federalismo, hasta que Justo José de Urquiza se volvió opositor a Rosas.