Semejanzas y diferencias de las leyendas el tesoro de la merced y el dorado
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Tomado de la solapa: "Desde su erección en la Nueva Guatemala de la Asunción, la iglesia de La Merced cobró un rango muy especial, tanto por su arquitectura como por las obras de arte que alberga y que, en alianza unas con otras, tienen como fin la glorificación de Dios y la veneración de los santos. Con anterioridad se han escrito libros en torno a la iglesia de La Merced y sus valores artísticos, pero no ees sino hasta ahora que se realiza un estudio multidisciplinario, sistemático y comparativo que permitirá conocer algunas formas particulares del modo de crear de los artistas allí representados, la evolución y afirmación de escuelas artísticas, así como la aplicación de materiales y técnicas. Asimismo, podrá informarse de los pacientes trabajos de restauración al que han sido sometidos en distintas oportunidades el templo y sus tesoros para contrarrestar la acción del tiempo." --el tesoro de la merced
Peter nació con un don para la música, y su madre, que siempre le decía que persiguiese sus sueños, lo anima junto con el Músico Mayor a que sea músico. Pero su padre no está de acuerdo, y lo envía a la guerra. Ya allí, demuestra su don con el tambor y consigue que ganen la guerra, aunque él nunca lo cuenta. Peter decide ganarse la vida como músico, y antes de irse se enamora de Charlot, la hija del magistrado. Debido a su talento, se hace rico y famoso, y por fin logra casarse con Charlot y hacer realidad el deseo de su madre: que por muy tarde que fuera, su pequeño «tesoro dorado» aguantara hasta el final como el sol del atardecer que lo iluminó antes de nacer. dorado
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El Dorado es una ciudad legendaria, hecha de oro ubicada en el territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada, en una zona donde se creía que existían abundantes minas de oro.[1] La leyenda se origina en el siglo XVI, en la actual Colombia, cuando los conquistadores españoles tienen noticias de una ceremonia realizada más al norte (altiplano cundiboyacense), donde un rey se cubría el cuerpo con polvo de oro y realizaba ofrendas en una laguna sagrada.[2][3] Hoy en día se sabe que este pueblo era el muisca y el sitio donde se realizaba la ceremonia habría sido la laguna de Guatavita (Colombia).[4] La noticia de la riqueza muisca atrajo hasta la sabana de Bogotá a expediciones originadas en Quito (Ecuador),[5] Santa Marta (Colombia)[6] y Coro (Venezuela).[5] La supuesta existencia de un reino dorado motivó numerosas expediciones y se mantuvo vigente hasta el siglo XIX,[7] aunque su localización se fue trasladando desde Colombia hacia las Guayanas,[8] a medida que avanzaba el proceso de conquista y colonización del territorio sudamericano.[9]