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el que conteste bien o reporto. es para mañana porfa ayuda
doy coraconcito
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
HOMBRE: ¿Cuándo se despertó tu interés por la cocina?
MUJER: Pues mira, cuando era chamaca yo tenía prohibida la entrada en la cocina porque, según mi
mamá, era muy peligrosa. Ella pensaba que podía tirarme una olla o algo así. Pero mi inquietud era
saber qué estaba pasando allá dentro. Nada más ver cómo salían los platos, decía: «¿Y cómo los
hicieron?» Yo quería estudiar Derecho o Filosofía, pero entonces, por el año 89, empezaba a ser no-
vedad la cocina y, como siempre me ha gustado estar en todo lo nuevo, pues comencé a estudiar co-
cina.
HOMBRE: ¿Dónde estudiaste?
MUJER: En la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Me dijeron que no iba a ser chef
hasta que pasaran muchísimos años, y me quedó muy claro. Cuando acabé, me fui al País Vasco a
estudiar a la Escuela de Hostelería. Hice las prácticas en la cocina del restaurante de Arzak. Enton-
ces tenía 22 años, y te mentiría si te dijera que a esa edad yo sabía la magnitud de dónde estaba.
HOMBRE: ¿Qué aprendiste de los vascos?
MUJER: Yo venía de un México bastante acelerado, y allí empecé a entender que hay que disfrutar de
los momentitos. Me enseñaron el amor a sus productos, a su terruño, a sentir el mar Cantábrico y a
disfrutar cuando se comía en familia. Luego regresé a México, me instalé en Querétaro y conocí la
filosofía del Slow Food. Ahorita estoy dirigiendo la asociación de Slow Food en Querétaro.
HOMBRE: ¿Y cómo va la asociación en Querétaro?
MUJER: Pues como sabes, Slow Food es una asociación internacional. Estamos muy contentos por-
que ya llegó a seis estados de México. Afortunadamente el gobierno tuvo confianza en la asociación
de Querétaro y hemos firmado un acuerdo para iniciar unos talleres que promuevan las tradiciones
gastronómicas de la zona y combatan la falta de interés general por la nutrición, por los sabores lo-
cales…
HOMBRE: ¿Qué tipo de actividades organizan?
MUJER: Tratamos de ser un puente entre el campo y la cocina. Seguido llevamos a la gente al campo
a que vea que lo más fresco es lo mejor. Cuando tú transportas un ingrediente muy lejos de donde se
produce, ya no sabe igual. Por ejemplo, nunca va a saber igual un queso que tenga leche cruda que
uno con leche pasteurizada. Lo que hacemos es organizar talleres en los que colaboran 100 produc-
tores locales de queso, verduras, miel, licores…
HOMBRE: ¿Y a tus hijos los dejas jugar en la cocina?
MUJER: Mis hijos cocinan conmigo desde que estaban muy bebés. Los he dejado que experimenten
sensorialmente en la cocina. También organicé varios talleres con niños en los que tocan la comida
con las manos, la huelen y explican lo que sienten cuando comen. Creo que eso activa todos los cir-
cuitos del cerebro. Invito a las mamás a que enseñen a sus hijos a conocer los sabores y texturas, es