SEGUN USTED CREE QUE EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE LA DISCIPLINA Y LA PRÁCTICA DE ENFERMERIA FUNDAMENTE SU RESPUESTA
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Una de las causas de devolución de manuscritos en Index de Enferme-ría se produce cuando algunos autores afirman que la Enfermería es una profesión o una disciplina emergentes.1 A los editores nos preocupa contribuir desde las páginas de la revista a mantener determinadas falacias2 que solo alimentan el menosprecio que tanto daño hace a la Enfermería. Una profesión probablemente tan antigua como la humanidad y bajo cuya responsabilidad recae el contribuir a garantizar algunos de los derechos humanos universalmente reconocidos (el derecho a la vida, a la salud, al cuidado).3 Habitualmente son afirmaciones que forman parte del argumentario insustancial con el que algunos autores comienzan un discurso inseguro, manifestando de paso su ignorancia.
Otros autores llegan a más y se recrean mostrando datos pretendidamente objetivos sobre las dificultades que las enfermeras tienen para conciliarse con el conocimiento científico (las enfermeras no saben investigar, no tienen tiempo ni recursos para hacerlo, no conocen las metodologías, no comprenden los resultados de investigación, o no las dejan aplicar a la práctica).4,5Lo paradójico de tan desalentadoras encuestas es que no parecen modificarse por más que la Enfermería evoluciona y crece como profesión, como disciplina y como ciencia. De ser cierto, habría que aceptar que esta profesión vive en un estado embrionario crónico, lo cual no parece que tenga sentido ni desde un punto de vista científico ni desde un plano social. Hay una explicación. Lo que en realidad reflejan estos estudios es el alegato con el que muchos profesionales justifican su anorexia de investigación, algo que parece expresarse siempre con argumentos recurrentes. En cambio, cuando se pregunta a enfermeras investigadoras, los discursos varían, ya que ellas ponen el énfasis en las dificultades que la investigación enfermera tiene para abrirse camino en espacios hegemónicos donde a menudo es invisibilizada.6
Lo cierto es que la Enfermería ni es una disciplina ni una profesión emergente, ya que desde que conocemos textos escritos aparece testimoniada universalmente la función enfermera como desempeño profesionalizado con una continuidad a lo largo de la historia y estructuras sustentables que pueden ser objeto de estudio.7 Pero esto solo puede apreciarse si se produce un cambio de actitud y de mentalidad entre la intelectualidad enfermera, especialmente en el contexto iberoamericano. Se requiere un esfuerzo para superar primero otros debates francamente estériles, como el que pretende dilucidar si la Enfermería es una profesión, un oficio o una vocación, como si se tratase de categorías opuestas y excluyentes. Se requiere la voluntad para aceptar que cuando hablamos de la enfermería como ejercicio del cuidar "nos referimos a un sistema de práctica de cuidados de carácter profesional, con independencia de la forma de expresarse a lo largo de su historia, de las condiciones sociales en que se haya desarrollado y de la diversidad de denominaciones que han recibido las mujeres y hombres que la han ejercido".8
Hoy la Enfermería ha de considerarse una profesión consolidada (definitiva y estable), lo cual no significa que no se encuentre en un proceso constante de desarrollo, de búsqueda de nuevos campos de acción y de ampliación de competencias. De hecho, esta es una de las características definitorias de lo que hoy en día se considera una profesión, con una formación educativa de alto nivel y un cuerpo de conocimientos propios sustentado en saberes científicos, una actualización continua, una estructura organizativa de tipo corporativo con capacidad de control de la práctica profesional, con un código ético bien definido, y en constante búsqueda de autonomía como profesión.9,10 El determinar cómo hemos llegado hasta aquí es cosa de los historiadores.