según savater cuando robinson Frozen se encuentra con viernes usted se produce un cambio
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Robinson Crusoe pasea por una de las playas de la isla en la que
una inoportuna tormenta con su correspondiente naufragio le ha
confinado. Lleva su loro al hombro y se protege del sol gracias a la
sombrilla fabricada con hojas de palmera que le tiene
justificadamente orgulloso de su habilidad. Piensa que, dadas las
circunstancias, no puede decirse que se las haya arreglado del
todo mal. Ahora tiene un refugio en el que guarecerse de las
inclemencias del tiempo y del asalto de las fieras, sabe dónde
conseguir alimento y bebida, tiene vestidos que le abriguen y que
él mismo se ha hecho con elementos naturales de la isla, los
dóciles servicios de un rebañito de cabras, etc. En fin, que sabe
cómo arreglárselas para llevar más o menos su buena vida de
naúfrago solitario. Sigue paseando Robinson y está tan contento
de sí mismo que por un momento le parece que no echa nada de
menos. De pronto, se detiene con sobresalto. Allí, en la arena
blanca, se dibuja una marca que va a revolucionar toda su pacífica
existencia: la huella de un pie humano.
¿De quién será? ¿Amigo o enemigo? ¿Quizá un enemigo al que
puede convertir en amigo? ¿Hombre o mujer? ¿Cómo se entenderá
con él o ella? ¿Qué trato le dará? Robinson está ya acostumbrado a
hacerse preguntas desde que llegó a la isla y a resolver los
problemas del modo más ingenioso posible: ¿qué comeré?, ¿dónde
me refugiaré?, ¿cómo me protegeré del sol? Pero ahora la situación
no es igual porque ya no tiene que vérselas con acontecimientos
naturales, como el hambre o la lluvia, ni con fieras salvajes, sino
con otro ser humano: es decir, con otro Robinson o con otros
Robinsones y Robinsonas. Ante los elementos o las bestias,
Robinson ha podido comportarse sin atender a nada más que a su
necesidad de supervivencia. Se trataba de ver si podía con ellos o
ellos podían con él, sin otras complicaciones. Pero ante seres
humanos la cosa ya no es tan simple. Debe sobrevivir, desde luego,
pero ya no de cualquier modo. Si Robinson se ha convertido en una
fiera como las demás que rondan por la selva, a causa de su
soledad y su desventura, no se preocupará más que de si el
desconocido causante de la huella es un enemigo a eliminar o una
presa a devorar. Pero si aún quiere seguir siendo un hombre...
Entonces se las va a ver no ya con una presa o un simple enemigo,