Según lo expuesto por Herbert George Wells en la novela ''La guerra de los mundos'' ¿Qué factores podrían explicar que los europeos lograsen imponerse en tan poco tiempo sobre los pueblos africanos?
Respuestas a la pregunta
África ha tenido mala suerte: África es un tesoro. La geografía le ha dotado de una riqueza natural incomparable, y la geología le ha colocado junto al Viejo Continente. Dos hechos que, desde que los europeos tuvieron la capacidad técnica para desembarcar en costas ajenas, propiciaron que ese bendito tesoro, repleto de recursos naturales, pasara a ser un lastre para África.
A lo largo de la historia, los africanos apenas han podido disfrutar de sus riquezas. Siempre se les ha adelantado un hombre extranjero. En este artículo hacemos un breve repaso al proceso de colonización que ha sufrido y sufre África desde comienzos del S.XIX.
En 1820, los ejércitos egipcios comenzaron a avanzar hacia el sur, remontando el río Nilo. En pocos años Mehmet Alí se hizo con el control de las tierras de Nubia y Sudán, ricas en recursos y en esclavos. Egipto era uno de los cinco Estados africanos que podemos etiquetar como modernos y que no estaban bajo el control de los europeos. Los otros tres Estados autóctonos que convivían en el continente eran Marruecos, el Imperio Otomano (su rama libia), el Sultanato de Zanzíbar (en la costa Este) y el Estado afrikáner al norte de la Colonia del Cabo, que si bien era un país «de blancos», se puede considerar como Estado netamente africano (sus habitantes no eran europeos).
Lo que caracterizaba a estos cinco países era su condición de africanos (no eran colonias de países extranjeros) y su adelanto tecnológico (por eso lo de modernos). Tenían ejércitos que disparaban modernas armas de fuego y comerciaban con las potencias europeas. Se puede decir que, a comienzos del S.XIX, eran las cinco excepciones en el continente africano.
En África predominaban los Estados de origen tribal, pequeños territorios gobernados por monarquías familiares históricas, como los Reinos Mossi. La mayoría de estos Estados desaparecieron conforme avanzaba el S.XIX y llegaban masivamente los colonos europeos. Los antiguos reyes y sultanes africanos fueron reemplazados por gobernadores ingleses y franceses, y los califatos e imperios pasaron a ser productivas colonias.
La llegada de los europeos al África subsahariana provocó la desarticulación de los antiguos patrones comerciales y del intercambio cultural. Aunque en torno al año 1800 la presencia continental de Europeos se limitaba a la Colonia del Cabo (ingleses), al Magreb (franceses) y a las costas angoleñas y de Mozambique (portugueses), lo cierto es que las potencias europeas sí tenían varios enclaves portuarios por toda la costa africana. España tenía puertos en el Golfo de Guinea, así como Inglaterra y Francia, que tenía puertos desde Senegal hasta Gabón.
Los europeos explotaron una forma de comercio (el marítimo) que los reinos africanos no habían desarrollado. Los portugueses fueron pioneros instalándose en las costas orientales (Beira, Quelimane, Mozambique), donde comerciaron y compartieron espacio con el Sultanato de Zanzíbar, un Estado que en realidad era un asentamiento permanente de los omaníes de la Península Arábiga.
La presencia de comerciantes musulmanes dio lugar a la aparición de nuevos Estados, sobre todo en la zona de los Grandes Lagos. El Sultanato de Utetera o el Reino de los Lozi desarrollaron el comercio de marfil y las plantaciones de caucho. Aparecieron imperios comerciales, que basaban toda su economía en la exportación de materias primas (madera, goma, oro, cera, marfil, pieles), pero que, pese a su poder, no pudieron hacer nada contra la invasión europea.
Conforme avanzaba el S.XIX, los exploradores europeos aumentaron en número y ambiciones. Los enclaves portuarios no eran suficiente implantación como para controlar las riquezas del interior del continente. El descubrimiento de la riqueza mineral del sur de África en la década de 1870 detonó la lucha por esos territorios entre los países europeos. Esa rápida carrera que llevó a siete países europeos a controlar todo un continente en menos de treinta años (alrededor del año 1900 toda África estaba bajo control occidental) atropelló a los inestables Estados africanos, que vieron cómo unos extranjeros desembarcaban en sus tierras y les arrebataban todo.
Durante un levantamiento en 1907, el líder tribal Kinkjikitele Ngwale prometió a sus seguidores que el agua mágica, o maji-maji, les protegería contra las ametralladores del invasor blanco. Esa sublevación de los nativos de Tanzania contra el gobierno colonial de Alemania terminó con la muerte del valiente Ngwale y todos sus guerreros. No hubo más levantamientos en el África Oriental Alemana.
La superioridad militar fue la responsable de que los europeos colonizaran en poco tiempo un continente tan grande como África, y el factor determinante de que ese control se alargara en el tiempo hasta la mitad del siglo XX. Durante interminables décadas el continente africano vio cómo sus minas se vaciaban y sus árboles se cortaban, para beneficio de unos extranjeros blancos que tenían el poder de la tecnología.