¿Según Jesús, ¿qué inspiraba el infierno?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
A PRIMERA vista puede parecer que estas palabras de Jesús en verdad apoyan la enseñanza de un tormento eterno en las llamas del infierno. Sin embargo, la Biblia indica claramente que “los muertos no saben nada”, y Jesús nunca diría algo contrario a lo que dice la Palabra de Dios (Eclesiastés 9:5, BA).
Entonces, ¿a qué se refería cuando habló de echar a alguien “al infierno”? Además, cuando empleó la expresión el “fuego que no se apaga”, ¿estaba hablando en sentido literal o simbólico? ¿Por qué se dice que los malvados sufren un “castigo eterno”? Contestemos estas preguntas de una en una.
¿A qué se refería Jesús cuando habló de echar a alguien “al infierno”? En la versión arriba citada de Marcos 9:47, el vocablo griego traducido por “infierno” es guéenna, un término procedente del hebreo gueh hinnóm, que significa “valle de Hinón”. Este valle —situado a las afueras de la antigua Jerusalén— se empleó en tiempos de los reyes israelitas para ofrecer niños en sacrificio. Dios condenaba esta repugnante práctica, así que prometió ejecutar a quienes realizaban estos actos propios de la religión falsa. Este valle llegaría a conocerse como el “valle de la Matanza”, donde yacerían sin ser enterrados “los cadáveres de esta gente” (Jeremías 7:30-34, TLA). De este modo Jehová predijo que el valle de Hinón dejaría de ser un lugar donde se torturaba a seres vivos y se convertiría en un lugar para depositar grandes cantidades de cadáveres y así deshacerse de ellos.
En tiempos de Jesús, el valle de Hinón se utilizaba como basurero. Allí se arrojaban los cadáveres de algunos criminales, y un fuego constante quemaba sus restos y los desperdicios de los habitantes de Jerusalén.
Parece que cuando Jesús habló de gusanos que no mueren y de un fuego que no se apaga, estaba citando de Isaías 66:24. Este profeta menciona “los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra [Dios]” y dice que “los gusanos que se los comen no morirán, y el fuego que los devora no se apagará” (Versión Popular). Tanto Jesús como sus oyentes sabían que Isaías estaba aludiendo al fin que les esperaba a los cadáveres de quienes no merecían un entierro.
De modo que cuando Jesús habló de ser echados en el valle de Hinón, o Gehena, en realidad se refería a morir sin posibilidades de resucitar. Por si quedaban dudas, dejó claro este punto cuando advirtió que Dios “puede destruir alma [o vida] y cuerpo en el Gehena” (Mateo 10:28, Versión Hispano-Americana). Por tanto, el Gehena es símbolo de muerte eterna, y no de tormento eterno.
Cuando Jesús empleó la expresión el “fuego que no se apaga”, ¿estaba hablando en sentido literal o simbólico? Como indica la Biblia de América en Mateo 25:41, ese “fuego que no se apaga” fue preparado “para el diablo y sus ángeles”. Ahora bien, ¿es posible quemar criaturas espirituales con un fuego literal? ¿No será que Jesús utilizó el término “fuego” de manera simbólica? Está claro que “las ovejas” y “las cabras” que se mencionan en ese mismo relato no son literales. Más bien, representan a dos tipos de personas (Mateo 25:32, 33). Por lo tanto, ese “fuego que no se apaga” quema a los malvados, pero solo en sentido figurado.
¿Por qué se dice que los malvados sufren un “castigo eterno”? Aunque la mayoría de las traducciones emplean la palabra “castigo” en Mateo 25:46, el significado básico del término griego kólasin es “poda de los árboles”, que implica truncar o recortar lo que sobra. Así, a diferencia de las personas mansas como ovejas que reciben vida eterna, los pecadores incorregibles —comparados a cabras— reciben un “castigo eterno” en el sentido de que se les corta, o trunca, la vida para siempre.
Explicación:
Respuesta:
Rn Mateo 25:41 la Biblia dice: "Apartaos de mí, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles ". Por otro lado, Mateo 25: 33-34 señala que aquellos que elijan a Cristo “heredarán el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”. El propósito original del infierno y su fuego era la destrucción final de Satanás, el pecado y sus ángeles. Sólo después de esta limpieza del fuego se pueden limpiar todas las lágrimas de los ojos de los salvos.