Filosofía, pregunta formulada por JONATHAAN09, hace 1 año

¿Segismundo hubiera sido un buen rey, si no hubiera estado prisionero en el castillo? ¿porque?

Respuestas a la pregunta

Contestado por SamanthaCabrera123
149

Respuesta:Si

Explicación: ya que tenía un conocimiento muy profundo y realista hubiera tenido la mayor idea de como ser Rey y como gobernar en esos entonces


Diegoarmando1305: Gracias
chryisamerica: gracias we uwu
monserrathgarcia273: Graias..
arielsebastianruiz: gracias
soymafercedillo: aaay graciaaas
Contestado por PINGI1
1

[Entrando con torpeza, su voz es ronca y sin emoción, sus huesos son más notorios que sus carnes.]  ¡Aquí están! ¡Los busqué por todos los camerinos!

SOLDADO.-  No es correcto que salgan a escena antes de la obra, ya ha pasado obras veces.

abra más...

CLARÍN.-   [Cortando.]  ¡Nicolasa, hay público!

VOZ DE MICRÓFONO.-  Tercera llamada, tercera. Comenzamos.  [O la señal acostumbrada.]  

NICOLASA.-  Nos volveremos a encontrar, ya sea como personaje o a hurtadillas como ahora. No se crean todo lo que van a ver. Así no sucedió. Yo les iré diciendo cuando la imaginación del dramaturgo le nubló la vista, y ni se las olió.  [CLARÍN y el SOLDADO sacan a NICOLASA a la fuerza. Música del período barroco. El telón se abre.]  

Escena I

 

[En el salón del trono conversan SEGISMUNDO y el OBISPO.]

 

 

SEGISMUNDO está sentado. El OBISPO ha estado hablando por mucho tiempo, su voz es cada vez más audible para el público. En un extremo vemos a NICOLASA y a CLARÍN sentados en el piso, el SOLDADO, pica en mano, está de guardia.

 

OBISPO.-  ... Porque la virtud de un reino es responsabilidad del rey, como representante del poder divino. Vos sois virtuoso, pero la virtud debe ser social. No hay rey santo de reino pecador; ni príncipe pecador de pueblo santo.

SEGISMUNDO.-  ¿Qué más puedo hacer? ¿No me esfuerzo hasta el cansancio?

OBISPO.-  No os quiero ofender, pero vuestro reino me inquieta. Es vida de vuestro padre hubo momentos de incertidumbre, pero siempre regresó la calma.

SEGISMUNDO.-   [Con ira controlada.]  ¿Insinuáis que mi padre fue mejor rey que yo?

OBISPO.-   [Sincero.]  Dios no hace comparaciones. Vos debéis tener la respuesta.

SEGISMUNDO.-  ¡Mirad mi reino! Mi padre me legó Polonia con más pobre y con menos tierras. Hoy la ciencia de Clotaldo y sus seguidores nos ha permitido conocer nuestro mundo.

OBISPO.-  Cuando vuestro padre era rey, parecía el pueblo más feliz, a pesar de estar más hambriento.

SEGISMUNDO.-   [Molesto.]  Decidme, pues, ¿qué debo hacer para que este mundo alcance a su Creador?

OBISPO.-   [Apasionado y con gran esperanza.]  ¡Si unos pocos decidieran de una vez por todas ser santos, Polonia sería transformada!

SEGISMUNDO.-   [Escéptico.]  Buscad esos santos.

OBISPO.-   [Con frustración espiritual.]  No hay ni un solo santo en Polonia, vuestro pueblo se aleja de Dios.

SEGISMUNDO.-  ¿Qué espera Dios del rey de Polonia?

OBISPO.-  Que le descubráis a su pueblo los caminos del espíritu, para que cada uno de vuestro súbditos encuentre un sentido.  [Interrumpo la entrada precipitada de CLOTALDO.]  

SEGISMUNDO.-  ¡Clotaldo, maestro! Hace días mandé llamarte. ¿Por qué tardaste tanto en venir?

CLOTALDO.-   [Es un hombre práctico, de vestir desaliñado, su cuerpo delgado lo perfila como un ser disciplinado, aunque una incipiente barriga lo acusa de pequeñas sensualidades. Mientras habla anda con pasos rápidos, como si quisiera ir a algún lado.]  Te lo voy a decir, porque de todo el reino solamente tú lo puedes comprender.  [Mira sarcásticamente al OBISPO.]  Tu llamada me encontró en el punto final de un experimento, y pensé: «Si el gran Basilio fuera aún mi rey, iría al instante; pero Segismundo es mi rey, y él entiende lo que es la ciencia». Terminé mi experimento, y aquí estoy.  [Al OBISPO.]  ¿Cómo sigue vuestra indigestión?

OBISPO.-  Aún esperando una buena medicina.

SEGISMUNDO.-   [A CLOTALDO.]  Te he llamado porque requiero de tu consejo. Mi hijo me preocupa.

CLOTALDO.-  Es la juventud. Américo está descubriendo su cuerpo, desde hace años he efectuado experimentos al respecto.

SEGISMUNDO.-  ¿Qué investigáis ahora?

CLOTALDO.-  La naturaleza de la luz cuando no hay ojos que ven.

OBISPO.-   [Sarcástico.]  ¿Nunca habéis investigado la naturaleza de la mente cuando no hay mentes que piensan?

CLOTALDO.-  ¡Bromeáis! El autor de universo tuvo a buen tino de esconder los secretos de la naturaleza para que el hombre los descubriera. Bajo el reinado del gran Segismundo nos hemos acercado a la verdad inconmensurablemente.

SEGISMUNDO.-  Y mi hijo, ¿se ha acercado a la verdad?

Espero ayudarte

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