se puede investigar en las ciencias sociales sin involucrarse en el problema a estudiar? metodología de la investigación
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
no....................
Respuesta:
-.-
Explicación:
os diagnósticos críticos son muy habituales en geografía, al igual que en otras ciencias sociales. Científicos que observan el mundo actual se sienten a veces muy afectados por la gravedad de las situaciones que describen. El impulso moral de aspirar a un mundo mejor en el que no exista la pobreza, la segregación o la injusticia, y en el que los hombres no degrademos de forma irreversible el medio ambiente, lleva a observar de forma crítica la realidad que se examina y que, como científicos, hemos de estudiar. El resultado es un panorama bastante pesimista, con diagnósticos que generalmente desvaloran, a veces de forma somera, cualquier interpretación optimista que pueda realizarse: los problemas serían tan graves que en el mundo actual solo podrían ser optimistas los ingenuos, los mal informados, los egoístas que únicamente piensan en sí mismos o, peor aún, que están vendidos al sistema de explotación.
La experiencia del VII Coloquio Internacional de Geocrítica, celebrado en Santiago de Chile en 2005, fue, en cierta manera, un reflejo de ese ambiente intelectual. Se hicieron en dicho coloquio, como en los anteriores, numerosos y excelentes diagnósticos de la situación actual. A algunos de los asistentes eso nos produjo, como en otros casos, un sentimiento de angustia: el argumento general de una buena parte de las comunicaciones puede resumirse en estas palabras: “todo va mal y, además, todo está empeorando”.
Tuve la impresión de que no podíamos continuar así. Que es preciso seguir haciendo diagnósticos críticos, pero que hemos de pasar a la propuesta explícita de soluciones para resolver los problemas que están planteados. Por ello en la clausura del Coloquio anuncié que debíamos convertir esa búsqueda de respuestas y soluciones en el eje articulador de un futuro encuentro.
Desde entonces la necesidad se ha hecho mayor. En los dos años transcurridos la conciencia de los numerosos problemas del mundo actual y de su gravedad ha ido aumentando. La pobreza, la segregación y la exclusión social, la fragmentación de las ciudades, el aumento de enfermedades infecciosas en algunas regiones, y otros muchos problemas han ido creciendo y se tienen, si es que eran precisos, nuevos datos contundentes sobre todos ellos. Hemos asistido también a la aceptación de la trascendencia del calentamiento global y se admite ya la necesidad de intentar reducir ese proceso. Muchos hablan abiertamente de la crisis global y dan argumentos sobre la urgente necesidad de buscar soluciones globales.
Los problemas del mundo actual son muchos y muy graves. Pero no podemos quedar inactivos ante ellos. Hemos de movilizarnos, y diseñar programas de investigación y de enseñanza que ayuden a tomar conciencia y a enfrentarnos a la misma raíz de los mismos. Pero también hemos de tener fuerza para hacerlo, lo que es imposible sin un mínimo de optimismo, de convicción de que podemos abordarlos, con alguna esperanza de que puedan resolverse.
Algunas disciplinas sociales tienen ya incorporada en sus tradiciones intelectuales la propuesta de soluciones, o en ellas es consustancial el realizar planes de mejora. El economista o el urbanista, por ejemplo, no pueden limitarse a realizar diagnósticos, sino que han de proponer actuaciones concretas para resolver las situaciones que describen. Otras disciplinas, entre las cuales la geografía, tienen menos interiorizada y aceptada esa dimensión.