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La fundación de Tenochtitlán
Mito azteca (México)
Maldormidos, desnudos, lastimados, caminaron noche y día durante más de dos siglos. Iban bus- cando el lugar donde la tierra se tiende entre cañas y juncias. Varias veces se perdieron, se dispersaron y vol- vieron a juntarse. Fueron volteados por los vientos y se arrastraron atándose los unos a los otros, golpeándose, em- pujándose; cayeron de hambre y se levantaron, y nuevamente, cayeron y se levantaron. En la región de los volcanes, donde no crece la hierba, comieron carne de reptiles. secos harinosos. paria, Persona excluida de las ventajas de que gozan las demás, e incluso de su trato, por ser considerada inferior. Traían la bandera y la capa del dios que había hablado a los sacerdotes, durante el sueño, y había prometido un reino de oro y plumas de quetzal: "Sujetaréis de mar a mar a todos los pueblos y ciudades", había anunciado el dios, y "no será por hechizo, sino por ánimo del corazón y valentía de los brazos". Cuando se asomaron a la laguna luminosa, bajo el sol del mediodía, los aztecas lloraron por pri- mera vez. Allí estaba la pequeña isla de barro: sobre el nopal, más alto que los juncos y las pajas bravas, extendía el águila sus alas. Al verlos llegar, el águila humilló la cabeza. Es- tos parias, apiñados en la orilla de la laguna, mugrientos, temblorosos, eran los elegidos, los que en tiempos remotos habían nacido de las bocas de los dioses. Huitzilopochtli les dio la bienvenida: -Este es el lugar de nuestro descanso y nuestra grandeza -resonó la voz-. Mando que se llame Tenochtitlán la ciudad que será reina y señora de todas las demás. ¡México es aquí! Eduardo Galeano (2005). Memorias del fuego. Los nacimientos, Vol. I, Buenos Aires: Siglo XXI, p. 47.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La fundación de Tenochtitlán
Maldormidos, desnudos, lastimados, caminaron noche y dia durante más de dos siglos
iban buscando el lugar donde la tierra se tiende entre canas y juncias Varias veces se
Oerdieron se dispersaron y volvieron a juntarse.
Fueron voiteados por los vientos y se arrastraron atandose los unos a los otros, gol
peándose empujandose caveron de hambre y se levantaron, y nuevamente, cayerony
se levantaron en la región de los volcanes, donde no crece la hierba, comieron carne de
recules Traian la bandera y la capa del dios que había hablado a los sacerdotes, duran-
te el suero y haba prometido un reino de oro y plumas de quetzal "Sujetaréis de mar
a ma a todos los pueblos y ciudades". había anunciado el dios, y no será por hechizo.
sino por animo del corazón y Valentia de los brazos
Cuando se asomaron a la laguna luminosa. bajo el sol del mediodía, los aztecas lloraron
por primera vez Al estaba la pequeña isla de barro: sobre el nopal, más alto que los
Juncos y las casas bravas, extendia el águila sus alas. Al verlos llegar, el águila humilló la
cabeza. Estos parlas, apiñados en la orilla de la laguna, mugrientos, temblorosos. eran
los elegidos os que en tiempos remotos habían nacido de las bocas de los dioses
Futzlopochi les dio la bienvenida
Este es el lugar de nuestro descanso y nuestra grandeza -resonó la voz-. Mando
que se ane Tenochtitlan la ciudad que será reina y señora de todas las demás.
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6. Memanas de fuego. Los nocimientos, VOL I Buenos Aires. Siglo XL
a. ¿Cuál es el conflicto inicial que se presenta y cómo se resuelve?
5. ¿A qué tipo de pregunta da respuesta este mito?