Religión, pregunta formulada por ana227963, hace 6 meses

sabiduría tolteca y luego escriba lo que sintió​

Respuestas a la pregunta

Contestado por hernadoris1
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Respuesta:

Sin embargo, es el ego de las personas el que produce enojo, frustración, y un gran desgaste emocional al intentar luchar contra las opiniones y situaciones del mundo que pueden envenenar tu vida.

Todo parte de que el ego quiere darte aires de mayor importancia; por lo que, si te muestras excesivamente focalizado en la opinión de los demás, creas inconscientemente una cierta dependencia a la aprobación (o no) del otro. De esta forma estarás atrapado en esa emoción que tú mismo has generado.

El sentirte el centro del mundo se llama de muchas formas: egocentrismo, egoísmo, arrogancia. Son matices de la misma expresión cuando haces y piensas que toda gira a tu alrededor.

Cuando Miguel Ruiz en “Los Cuatro Acuerdos” sostiene “No tomes nada como personal”, significa que este paso será crucial para sentirte un ser libre, fuera de la domesticación de la educación, los dogmas y condicionamientos sociales y culturales que arrastras en tu vida.

Este punto no trata de que aceptes todo sin que te impacte, sino que el problema aparece cuando le das entidad a “eso” que dice o hace la otra parte, y dejas que tus emociones se desbalanceen.

Por ejemplo, cuando te ofendes por nada, reaccionas de formas generalmente inapropiadas, incluso exageradas. Esto surge por querer tener razón en vez de elegir ser feliz.

Visto de otra forma, cada vez que quieres cambiar la opinión o comportamiento de alguien, te frustras, porque apenas puedes cambiar tu: es imposible cambiar a la otra persona si ese otro ser no lo quiere hacer. En todo caso, podría cambiar a su ritmo de evolución.

Este segundo acuerdo es el que provoca gran parte del sufrimiento en la vida, ya que, por lo general, te muestras demasiado susceptible a todo lo que digan o hagan alrededor tuyo. Ahora ya sabes: asumiendo una perspectiva mayor de las situaciones y cuestiones -incluso las que te involucran directamente-, podrás no engancharte emocionalmente, respetar las posiciones de los demás (no necesariamente justificarlas; aunque sí entenderlas desde una mirada completamente diferente e integradora para tu bienestar. Desde este lugar irradiarás lo mismo a tu alrededor.

Para incorporar este segundo acuerdo en tu ámbito laboral: Aprende de las diferencias con los demás; integra y respeta las decisiones de otros. Entiende que el otro es “un otro” con sus propios problemas, creencias y dificultades. Si algo te molesta, busca el espacio apropiado y exprésalo claramente desde tu perspectiva (apoderándote de tu comunicación, no echando culpas a los demás). No busques imponer por que sí tus deseos por sobre las opiniones de los demás. Considera siempre el bien mayor de todos en cualquier situación. Evita vivir desde el ego: aprende acerca de la compasión, la humildad, la escucha consciente, la apertura mental para vivir mejores experiencias. Esto te ayudará a tener más paz en todos los aspectos.

TERCER ACUERDO: “NO ADIVINES NI SUPONGAS”

Otra fuente de malestar interior, emocionalidad extrema, destrucción de tu auto estima y valor, y deterioro de tu poder personal es vivir haciendo suposiciones.

¿Cuántas veces has pasado días, meses o años elucubrando cuestiones que nada tenían que ver con la realidad de las cosas? O bien, ¿has conocido personas a las que le has dado apenas unos cinco o diez segundos para descartarlas de tu vida?

Todo esto sucede porque supones más de lo que te permites vivir las experiencias para confirmarte tu percepción formada y sustentada. Suponer algo, en términos de tener un pálpito o corazonada, no es el problema: el asunto es cuando crees que es que supones es verdadero, incluso sin haberlo chequeado ni observado en perspectiva, ni cotejada información alguna.

Cuando supones algo partes de una base incorrecta, porque de antemano crees y asumes que tienes la verdad absoluta sobre algo. Es más: dejas de distinguir qué es una presunción, hasta el punto de darlo por hecho como que algo es real… sin siquiera haberlo comprobado o experimentado.

Explicación:


hernadoris1: Gracias por la coronita
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