sabe usted que es un protocolo de bioseguridad
Respuestas a la pregunta
El aislamiento social es la medida que ha demostrado mayor efectividad a nivel mundial para prevenir el contagio. Pero también ha permitido visibilizar con contundencia las condiciones de vida precarias que tienen la mayoría de los habitantes latinoamericanos. En Colombia parece que hasta ahora estuviéran reconociendo que hay trabajadores que viven del día a día, que si no salen a trabajar no comen y que no tienen salarios dignos ni acceso a la seguridad social. Se siembra inequidad social, pero se asustan con la cosecha: la pobreza, esa que ahora sí resulta ser importante para quienes, además de darle la espalda, se han esforzado en perpetuarla.
En los sectores más vulnerables, donde las personas no cuentan con acceso a servicios públicos, alimentos suficientes y un techo digno para vivir, pero sí con la histórica desprotección por parte del Estado, es evidente que la precaria atención que reciben hoy no es por un interés genuino en transformar la desigualdad social, sino porque la pandemia colocó en riesgo la salud y la vida de todos por igual.
Lo cierto es que los sectores que no fueron considerados como actividad económica esencial (Ver el artículo 3 del Decreto 531 del 8 de abril del 2020) , no podrán vivir socialmente aislados de manera indefinida. Si bien tendrán que continuar quedándose en casa el mayor tiempo posible, en algún momento retornarán a los espacios de trabajo, como ha sido establecido con la llamada reactivación económica parcial.
En este marco, se han generado los denominados protocolos de bioseguridad, dados por varias circulares y resoluciones del gobierno, cuyo fin es orientar las acciones de protección frente al coronavirus y así prevenir el contagio del COVID-19 y los daños que puede ocasionar en ambos escenarios: tanto en el de retorno a los centros de trabajo, como en el de trabajo en casa.
Adoptar los protocolos de bioseguridad significa que los empleadores se acogen a la ley para la protección de la salud y la vida de la población trabajadora, y adaptar los protocolos de bioseguridad significa un esfuerzo por parte de los empleadores para que, lo que dice la ley, se ajuste a la actividad económica de cada sector productivo y que resulte operativo en los centros de trabajo.
Se entiende que no basta con decir que se modificarán los horarios o se entregarán elementos de protección personal; se debe considerar que es responsabilidad de las empresas traducir la ley a su operación cotidiana diciendo cómo, cuándo, quiénes, dónde y con qué se desarrollarán las medidas para prevenir el contagio del COVID-19.
La adaptación de los protocolos de bioseguridad requiere, en primer lugar, que estos respondan a las necesidades del trabajo concreto que desarrollan los trabajadores y, en segundo lugar, que la forma en la que se comunican los protocolos de bioseguridad sea clara para los trabajadores. Se espera que los protocolos no lleguen a los trabajadores en forma de documentos extensos de difícil compresión, si se considera, por ejemplo, que en la ruralidad muchas personas no saben leer.
Así como diferentes gobiernos han tratado de educar a la población para la prevención del COVID-19 mediante herramientas didácticas como videos, imágenes, conferencias, talleres, entre otros, los empleadores tienen la responsabilidad no solo de comunicar las medidas, sino de asegurarse de que las mismas sean comprendidas por parte de los trabajadores. O si no, ¿qué sentido tendría establecer unos protocolos de bioseguridad que nadie conoce en los centros de trabajo o que no son claros para los trabajadores?
En suma, se espera que las medidas para prevenir el contagio de los trabajadores sean integrales, contextualizadas, consensuadas, organizadas y socializadas conforme al trabajo que se desempeña y a la realidad de la comunidad; es decir, si, por ejemplo, las medidas generales para la prevención de esta enfermedad son el lavado de manos, el distanciamiento social, el uso de elementos de protección personal y la limpieza / desinfección, entonces los trabajadores necesitan mínimamente acceso a agua y jabón, contar con el espacio para realizar el trabajo en sana distancia, tener y saber usar los elementos de protección personal adecuados para su tarea y conocer cómo se hace la desinfección contando con los materiales necesarios.
Estos protocolos de bioseguridad, además, deben contextualizarse en la coyuntura de reactivación económica parcial, situación que indica que muchas personas seguirán desarrollando trabajo en casa, incluidos aquellos trabajadores que son considerados población de alto riesgo. En este sentido, los protocolos de bioseguridad también deben orientar las acciones de prevención del COVID-19 como, por ejemplo, se establece en la Circular No. 30 del 2020 para el trabajo remoto o a distancia en el caso de personas mayores de 60 años.
Respuesta:
Los protocolos de bioseguridad es de que se deben poner mascarilla, guantes, cargar alcohol,tener aislamiento de 2 metros y no estar con harta gente sin mascarilla ect .
Explicación:
Ojalá les haiga servido