Rosa y las sorpresas que le regaló la pandemia
Rosa, una estudiante de la I.E. Santa Rosa de Collique que cursaba el tercer grado, se vio sorprendida
por la pandemia el año pasado. No contaba con un celular propio, computadora o Tablet, menos aún
conectividad a internet para poder desarrollar sus experiencias de aprendizaje de manera remota en Aprendo
en casa. El único celular que tenía la familia lo compartía con sus tres hermanos. El televisor, que era un medio
importante para ver el desarrollo de las experiencias de aprendizajes en Aprendo en Casa, lamentablemente
por el uso diario y permanente terminó por quemarse. Sus padres no tenían los medios suficientes para poder
comprar un nuevo televisor, apenas buscaban trabajo eventual para llevar alimentos a todos los miembros de
la casa. Rosa, se las ingeniaba para poder llevar a cabo sus clases por WhatsApp, y ayudar a sus hermanos
también, pues era el único medio que tenían. Sin embargo, no podían cumplir con el desarrollo de las
actividades desde Aprendo en Casa, pues no podía imprimir las fichas o materiales que los profesores se le
enviaban porque no contaban con impresora, sumado a ello, el celular se almacenaba rápidamente por la poca
capacidad, y tenía que estar eliminando archivos constantemente para poder aprovechar al máximo, tanto ella
como sus hermanos, hasta que un día de tanta manipulación el celular dejo de funcionar.
Rosa, reflexionó que la formación de sus hermanos no era su responsabilidad, sino que esta le
correspondía a sus padres, lo percibía como una carga, pero como veía que sus padres no tenían tiempo para
orientarles porque trabajaban y lo poco que ganaban a penas les alcanzaba para mantenerse, incluso
contribuían con sus abuelos ancianos, padres de su mamá, pensó en seguir ayudándoles, pero no sabía cómo.
Rosa, que quería darse al abandono, descubrió algo impactante, mientras revisaba sus cuadernos de años
anteriores, entre ellos encontró un proyecto donde la profesora de Religión les había motivado a poner sus
dones al servicio de los demás realizando una obra social en favor de los niños pobres; y al ver a sus hermanos
jugando con algunas hojas de papel que habían arrancado de cuadernos de años anteriores, recordó que ella
era cuidadosa, y cada año, siempre guardaba sus cuadernos, y dándose cuenta que les era difícil estudiar a
los cuatro por falta de equipos y de conectividad se comprometió a ayudar con entusiasmo a sus hermanos,
entonces les pidió que sacaran todos los cuadernos para ver aquello de lo que podían sacarle provecho, y
desde ahí se convirtió en maestra de sus hermanos, sacando provecho a las clases y a las hojas en blanco.
Se reunieron para expresar libremente lo que sentían, pensaban y creían, sobre sus deseos y aspiraciones,
siendo realistas de la situación precaria que estaban viviendo y amenazados por la pandemia y que sus padres
arriesgaban sus vidas para sacar adelante a su familia, pero lo más importante es que estaban vivos, que
reconozcan y valoren todo aquello que tienen y a partir de allí salir adelante. Rosa, no solamente les enseñaba
lo que había aprendido en años anteriores sino a explotar varios dones poniendo al servicio del hogar para
aprender a convivir mejor. Comenzaron estableciendo sus normas de convivencia, las reglas de buen trato (no
solo entre ellos sino también con sus vecinos que son adventistas porque ellos también son nuestros
hermanos), programando sus horarios y delegando funciones en la casa, como la limpieza, el lavar los
utensilios y otros, haciendo juegos recreativos en casa, momentos de oración, etc. Rosa, después de 15 días
vio los resultados: habían mejorado sus actitudes y convivían mejo. Al no contar con el equipo ni internet
descubrió su capacidad de ayuda y organización y todo esto le puso muy contenta, le dio sentido a su vida y
muchas ganas de salir adelante. Rosa y sus hermanos en vez de resultar una preocupación para sus padres
más bien resultaron ser más bien motivación y apoyo para ellos. Hasta que un día llegaron sus profesores a su
casa para indagar lo qué le estaba pasando. Los profesores al escuchar su experiencia se sintieron muy
orgullosos y decidieron apoyarla.
Frente a la desesperación de no tener los medios para participar en el desarrollo de las experiencias de aprendizaje ¿qué acciones le dio sentido a su vida?
a) Dejarse vencer por la pena y la tristeza b) Salir con sus padres a trabajar y contribuir con la familia
c) Colaborar con sus padres enseñando a sus hermanos
d) N.A.
Por favor ayúdame es religión por favor
Respuestas a la pregunta
Contestado por
7
Respuesta:
miedo y ser más cerrado en la casa
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