Rito usado por judíos antes de cada comida
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las fuentes judías permiten reconstruir con una certeza razonable, pero no absoluta, el rito pascual como lo habría celebrado Jesús.
a) Cena tradicional judía. La sala de un convite judío solía ser una pieza cuadrada de 10 codos (menos de 5 m.) de lado. En ella se encontraba la mesa del banquete elevado, el segundo más digno; y delante, un poco más bajo, el tercero. Esta disposición explica los detalles de Jn 13,23-26 y 21,20, y manifiesta que Pedro ocupaba el segundo puesto en la Cena y Juan el tercero delante de Jesús. Lo más importante de la cena pascual era el cordero, que podía ser también un cabrito (hay indicios de pascua sin cordero o sin su inmolación en el templo). Debía ser matado en el recinto sagrado del templo; este rito podía ejecutarlo cualquier judío, no era necesario un sacerdote (cfr. Lc 22,8). La matanza de los corderos comenzaba hacia las dos y media de la tarde, pero se adelantaba una hora cuando las pascuas caían en Sábado
Explicación:
Acomodados en los triclinios los comensales, después de lavarse las manos, se les servía la primera copa sobre la que recitaba una «bendición» el que presidía «dando gracias» a Dios por el vino y, después (Hilel) o antes (Sammay), por el día de Pascua; los comensales respondían «amén», y tomaban esta copa. Se servían luego las hortalizas y lechugas amargas que se comían con la mano, mojándolas en una solución de vinagre, y el puré de higos, etc. De estos vegetales debió ser el «bocado mojado» que Jesús ofreció a judas (Jn 13,26s.). A continuación se servía la segunda copa. Aquí, tras la pregunta de uno de los comensales (un «hijo»: Ex 12,26s.; 13,8), exponía el presidente de la mesa el contenido teológico de todo el rito y alimentos. Seguía la recitación de la primera parte del Hallel, salmos 113-118; la primera parte se extendía hasta Ps 113,9 (Sammay) o 114,8 (Hilel). Se pasaba agua para que los comensales se lavasen las manos. Comienza entonces la cena propiamente tal, que aquella noche se abría con la bendición del pan ázimo. El que preside se incorpora en su lecho, toma pan, recita sobre él una «bendición», lo parte, lo alarga a los comensales, y comen todos. Se pasa entonces el cordero, servido en porciones pero sin haberle roto ningún hueso (cfr. Jn 19,36), sobre el que se pronuncia también una «bendición»; y se consume. Hasta aquí la Cena de Jesús transcurre según el rito tradicional, que habrá tenido su influencia en la institución del Ágape antes de la celebración eucarística en la primitiva Iglesia (cfr. 1 Cor 11,20-34).
b) Innovación de Jesús. Con el cordero terminaba la cena. Se retiraban de la mesa los restos. Una costumbre que fácilmente puede remontarse a los tiempos del NT era, en los banquetes solemnes judíos, poner al fin de la comida un pan encima de la mesa para indicar que no se servían más platos (Strack-Billerbeck, IV,625s.). Se pasa entonces la llamada «segunda agua», caliente esta vez, para lavar las manos. Se sirve la tercera copa de vino, a la que se daba especial importancia; era la llamada «copa de la bendición», expresión precisamente que S. Pablo aplica a la copa eucarística en 1 Cor 10,16; se llamaba así porque sobre ella se pronunciaba la «acción de gracias» que concluía la cena. Una vez preparada, y recitada una breve oración, el que presidía se incorporaba en su lecho, tomaba con ambas manos la «copa de bendición», la levantaba un palmo sobre la mesa, y así la sostenía con la mano derecha sola. En esta actitud pronunciaba la triple «bendición» con que daba a Dios «gracias» por sus beneficios. Por último se recitaba la segunda parte del Hallél y (en tiempos posteriores) se servía la cuarta copa.